Figueres: Es momento que una mujer tome el mando de la ONU

AP
Estocolmo

La principal responsable de Naciones Unidas en asuntos del cambio climático dijo ayer que una mujer debe encabezar la ONU, pero que ella no planea postularse al puesto.

La costarricense Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, dijo que una mujer debe ser la sucesora del secretario general, Ban Ki-moon, una vez que éste finalice su segundo mandato este año.

Pero al preguntarle sobre si podría ser la indicada, Figueres, de 59 años de edad, dijo a The Associated Press que «no está en mis planes».

El papel de Figueres para concretar el ansiado Acuerdo de París para combatir el cambio climático la elevó a un estatus internacional.

Cuatro hombres y tres mujeres han sido postulados al cargo. Pese a que el sistema de nominaciones de Naciones Unidas no sigue un patrón, muchos diplomáticos creen que es turno de un representante de Europa Oriental. Seis de los candidatos actuales son de esa región.

Figueres dijo que no ha decidido el siguiente paso luego de que en julio deba dejar su cargo tras seis años en él. El Consejo de Relaciones Exteriores, un centro de estudios de Estados Unidos, enlistó a Figueres entre las «mujeres a seguir» en la contienda por el puesto de secretaria general, mientras que la revista Vogue la nombró «una de las candidatas más promisorias» entre las posibles aspirantes.

Jean Krasno, profesora del City College de Nueva York, quien encabeza una campaña para elegir a una mujer como la próxima líder de la ONU, describió a Figueres como «exactamente el tipo de secretaria general que necesitamos, (alguien) que pueda cerrar acuerdos mundiales».             Figueres dijo que «es hora» de que una mujer reciba el nombramiento.

«No tengo duda de que habrá sólidas candidatas que compitan por esa responsabilidad», dijo en entrevista telefónica desde su oficina en Bonn, Alemania.

Figueres tomó el cargo al frente de las políticas de cambio climático de la ONU en 2010, en un punto bajo luego de una enconada cumbre en Copenhague, Dinamarca, en la que no se produjo un ansiado acuerdo para frenar las emisiones de gases efecto invernadero.

«Me di cuenta rápidamente que había que cambiar el tono», dijo Figueres. Citando su lema: «Imposible no es un hecho, es una actitud», se dispuso a persuadir a líderes gubernamentales, empresariales y cívicos para mantener la fe en que la diplomacia podría frenar la contaminación que altera el clima.

Las posibilidades de alcanzar un acuerdo mejoraron en noviembre de 2014, cuando los dos máximos productores de gases de efecto invernadero del mundo, China y Estados Unidos, anunciaron esfuerzos conjuntos para controlar sus emisiones. A inicios de 2015, Figueres vio que era posible llegar a un acuerdo mundial en París. «Mi esfuerzo no se centró en alcanzar un acuerdo, sino en hacerlo más ambicioso», dijo.




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