El gobierno de Egipto aseguró el domingo que el atentado con bomba que mató al fiscal general del país el año pasado fue obra de miembros de la ahora proscrita Hermandad Musulmana que fueron entrenados en la Franja de Gaza por el grupo palestino Hamas.
El ministro del Interior egipcio Magdy Abdel-Ghaffar dijo que decenas de personas han sido detenidas en relación con el asesinato de Hisham Barakat, de 65 años de edad, en junio del año pasado, el primer homicidio de un alto funcionario egipcio en 25 años.
«Hamas entrenó, preparó y supervisó la implementación» del ataque, dijo el ministro en un discurso transmitido por los medios estatales y privados. Durante la transmisión también se difundieron confesiones de algunos de los presuntos autores.
Nadie ha hecho reivindicaciones creíbles del ataque. La Hermandad negó cualquier implicación. No fue posible entrar en contacto con voceros de Hamas para que hicieran comentarios.
Egipto ha presenciado una serie de ataques contra sus fuerzas de seguridad, principalmente desde el derrocamiento militar en 2013 del presidente Mohamed Morsi, quien emergió de la Hermandad. El gobierno ha acusado a la Hermandad de la mayor parte de la violencia —incluso ataques reivindicados por grupos más extremos— y la catalogó de grupo terrorista.
Hamas es la rama palestina de la Hermandad, pero ha negado haber efectuado ataques fuera de Israel y los territorios palestinos. El gobierno egipcio dice que los insurgentes han utilizado túneles entre la Franja de Gaza —gobernada por Hamas— y la península del Sinaí en Egipto para el contrabando de armas.
Barakat fue asesinado por un potente coche bomba frente a su casa el 29 de junio. Hasta ese momento había dirigido la persecución contra los miembros de la Hermandad Musulmana, incluso Morsi, quien fue el primer presidente elegido libremente en Egipto, pero quien enfrentó masivas protestas populares después de un año en el poder.
El gobierno respondió al asesinato promulgando una amplia ley antiterrorista que amplió la definición de terrorismo, dio a la policía mayores poderes de detención y endureció las restricciones a la libertad de expresión.
