¿Qué puede reunir en una misma sala a Beyoncé, Rihanna, Nicky Minaj, Daft Punk, Arcade Fire, Madonna y Alicia Keys? Un concierto homenaje o filantrópico, puede, pero no. La causa que ha congregado a estrellas de talla mundial es la supervivencia de la industria musical.
La crisis imperante del modelo de negocio en la industrial musical, acuciada por la caída de ventas de discos y la lacra de la piratería, ha agudizado el ingenio de los artistas. Jay Z convocó a un elenco de caché multimillonario, hasta Chris Martin (Coldplay) y Calvin Harris no se lo quisieron perder y estuvieron presentes pantalla mediante, para presentar Tidal, una plataforma de música en ‘streaming’ dispuesta a competir con la archiconocida Spotify.
Jaz Z, que más que el marido de Beyoncé es una de las personas más influyentes en la industria musical, es el cerebro de esta operación que pretende combatir la inexorable transformación de la forma de consumir música. Tidal ofrece por 19,99 dólares al mes, un servicio de 25 millones de canciones sin anuncios, 75.000 vídeos musicales, identificador de melodías, gestor de redes sociales y listas de reproducción. Será compatible con todos los sistemas operativos de teléfonos móviles y ordenadores, estará presente en 31 países y promete una calidad de sonido altamente superior a sus competidores.
También ofrece una opción más económica por 9,99 dólares, pero con menor calidad de sonido. Es decir, Tidal es Spotify, Youtube, cercanía con los artistas a través de las redes sociales y Shazam integrado en la misma plataforma.
«Tenemos que escribir la historia por nosotros mismos», dice Jay Z en el vídeo promocional de la nueva plataforma musical. «Si estos artistas han podido sentarse en una habitación juntos, el mundo puede cambiar. Y eso ha pasado hoy», añade.
