No hay nada que más preocupe en estos momentos al valencianismo que el partido de Liga del sábado en Mestalla frente al Espanyol.
Antes, qué remedio, hay que atender al ‘marrón’ de la Copa del Rey, la que despreció de mala manera el Valencia en el vergonzoso partido de ida de semifinales en el Camp Nou donde el Barça se divirtió por siete a costa de un rival sin orgullo.
Desde entonces, con razón, nada ha sido igual en el club de Mestalla. Los focos se han puesto exclusivamente sobre la cabeza de Gary Neville y, por extensión, de Peter Lim, el dueño del Valencia que confió en el inglés un proyecto que empezó torcido con Nuno y que se está yendo a pique con el inglés, a cuatro de los puestos de descenso, que aún no sabe lo que es ganar en Liga después de nueve partidos dirigiendo al equipo.
A poco más de un mes para que las Fallas tomen las calles de la ciudad, la afición del Valencia ya ha empezado su particular traca en clave de aireadas protestas contra la continuidad de Gary Neville.
Pero el preparador inglés no se da por aludido. Al contrario, mantiene el discurso positivo que expuso tras la derrota ante el Betis. Ve mejoría en el equipo y está convencido de que el momento del Valencia, el cambio de tendencia, está a punto de llegar.
Sé la situación en la que estamos. Estoy desesperado por darle la vuelta. Y sé que lo vamos a hacer.
Estas ocasiones de repente caerán de nuestro lado. El fútbol, a veces, es un deporte cruel», remarcó este martes Neville en la previa de la vuelta de Copa contra el Barcelona.
En los últimos tres partidos de Liga merecimos ganar. Sé que cuando se juegan partidos así se puede dar la vuelta. Y el sábado lo haremos», pronóstico.
Gary Neville dijo estar cansado de oírse a sí mismo hasta el punto que mostró su intención de pasar a la acción y dejarse de palabras: «No es momento para las palabras.
He dedicado muchas palabras y parece que hayamos entrado en bucle. El aficionado ya no quiere palabras. Hasta yo estoy cansado de escucharme», se sinceró.
