Ricardo Andrés: El niño que murió en espera de medicinas oncológicas

Ricardo Andrés Medina falleció el 14 de diciembre del año 2015, debido a un cáncer de pulmón. Su familia admitió haber pasado por la agonía de no encontrar los medicamentos que necesitaba para tratarlo un mes antes, cuando ya su supervivencia como paciente se vio mermada por la escasez de medicinas.

Quien puso el caso frente a la opinión pública fue su padre, Richard Medina. Al manifestar en numerosas ocasiones que su deseo es ser la voz de los pacientes oncológicos y sus familiares, quienes por miedo y otras por exclusión, no sienten que haya un espacio para denunciar.

“Mi intención no es que el Poder Ejecutivo o el Legislativo solo hablen de mi caso, no hay nada que me puedan retribuir. Pero como venezolano y padre de otros dos niños exijo que se tome en cuenta las miles de personas que no han fallecido y tienen la oportunidad de sobrevivir”, manifestó en una entrevista a El Nacional Web.

¿Quién era Ricardo Andrés?

Ricardo Andrés tenía tres años de edad, su padre lo describe como un niño simpático y optimista, que a pesar de su situación, era feliz.

“Él iba a una escuelita que estaba allí dentro del hospital, se emocionaba mucho cuando llegaba la maestra, él quería hacer tarea, quería dibujar, quería pintar; cuando estaba en la casa era feliz con sus hermanos, siempre disfrutaba el entorno en el que estaba”, expresó.

¿Cuándo fue diagnosticado?

“Hace un año, en enero de 2015, cuando empezó con una dificultad respiratoria. Lo llevamos a la pediatra, ella presumió una neumonía, nos remitió al hospital Algodonal, donde le suministraron tratamiento y luego a través de radiografías detectaron una masa anormal. Tramitamos la ida de Ricardo al hospital militar, a la parte de oncología pediátrica, previniendo que la masa era cáncer, aunque no teníamos aún el diagnostico de la biopsia”, narró.

Sus allegados vieron  como los síntomas se intensificaron antes de poder llegar al Hospital Militar. Falta de respiración, decaimiento generalizado y un cansancio constante, eran las limitantes del infante, un cuadro de salud similar al de una neumonía y que lo limitaba para desenvolverse cada día.

Ricardo llegó al centro de salud en condiciones graves, en las que no daba mucha esperanza a su progenitor. Ameritó una quimioterapia de emergencia que tuvo un buen efecto en su salud.

“A los pocos días el tumor disminuyó, empezaron a verse los cambios: Se podía mover un poco mejor, la respiración era mucho más cómoda, y así fue evolucionando Ricardo poco a poco a lo largo de todo el año, e inclusive, a finales de octubre, estaba la posibilidad de que fuera sano. El tumor parecía estar eliminado”, continuó.

A mediados de octubre, había una expectativa positiva por parte de familiares y especialistas. Richard Medina indicó que para esa fecha contaba con casi todos los medicamentos, los cuales adquiría por la farmacia de alto costo, Badam y la Fundación Amigos del Niño con Cáncer.

Pero la oferta del Estado, principal importador tanto de insumos como de productos terminados disminuyó y la carencia de medicinas coincidió con la recaída de su pequeño en noviembre de 2015.

“Le dieron de alta. Le hicimos una tomografía, en la que se determinaría si no tenía el tumor. Esperando los resultados del examen, Ricardo empezó a sentirse mal nuevamente y lo llevamos de nuevo al hospital. Al recibir los resultados, y para desgracia de todos, el tumor se había reactivado en otras partes, allí es cuando comenzamos la agonía, porque ya no había medicamentos”, prosiguió.

Pocos fármacos y deficiencias en el servicio

Para mediados de noviembre, el niño presentaba una fiebre que era tratada con paños húmedos por falta de antifebriles. Los efectos secundarios de la quimioterapia también requerían fármacos que no se hallaban, como es el caso de los que protegen el corazón.

“Obviamente si tú tienes un tumor dentro de tu pecho, te está presionando, por tanto tu corazón no late como debe, eso te disminuye la posibilidad de vivir, reduce la calidad de vida y aumenta el riesgo de muerte”, señaló.

Recalcó que la lista de afectados que necesitan medicamentos oncológicos es enorme. Una prueba son las constantes peticiones que circulan en redes sociales como Twitter. A su juicio, la problemática necesita ser atendida por el Ministerio de Salud, más allá que la Asamblea Nacional lo haya aceptado como una crisis humanitaria.

“Hasta diciembre fue el padecimiento y el viacrucis total para encontrar las medicinas: No teníamos para la fiebre en el hospital, las soluciones para la hidratación, catéteres, agujas, los centros de cama; todo teníamos que llevarlo”, aseguró.

Si bien el representante de Ricardo aceptó que el cáncer de su hijo era muy fuerte, explicó que de haberse suministrado los protocolos médicos a tiempo, su salud se habría estabilizado.

“Había un desgane de los doctores. Siempre hubo esa preferencia a los pacientes vinculados a los militares, pero se afianzó más en esta oportunidad. Cuando les pedía las indicaciones para conseguir los remedios, demoraban para dármelas, al decirme que me las darían después o para el día siguiente”, denunció.

En medio de la política

El 26 de enero, el Parlamento aprobó la crisis humanitaria del sector salud, debido al agravado desabastecimiento de insumos y fármacos, ubicado en 80% de las farmacias y centros de salud.

El Ejecutivo, encargado de concretar los exhortos de la asamblea, no ha emitido pronunciamientos al respecto. A criterio de Richard, el gobierno debe enfocarse en construir hospitales especializados y solventar la crisis en unión con otros sectores de la sociedad.

“Cuando intervine en el hemiciclo, los diputados del oficialistas me gritaron, me insultaron, no tenía sentido que lo hicieran si no estaban de acuerdo, su opción era callarse. Yo no soy un diputado, no soy político, no estoy pensando en política”, concluyó.




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