Ricardo Darín gana su primer Goya al mejor actor por ‘Truman’

Tal y como se preveía, Ricardo Darín ha sido el ganador del Goya al mejor actor por su papel de enfermo terminal de cáncer en Truman. El argentino, de 59 años, había sido nominado anteriormente en tres ocasiones y por fin ha podido acariciar su ‘cabezón’ por una interpretación que ha conmovido a público y crítica.

Darín ha saludado a sus competidores antes de salir al escenario y ha agradecido el premio a Cesc Gay por regalarle el personaje de Julián. Asimismo ha recogido las palabras que hacía poco había pronunciado Fernando León de Aranoa y ha asegurado que las películas no compiten entre ellas y los actores tampoco.

Todos nosotros juntos sumamos porque eso es lo que hace que el cine crezca”, ha afirmado. Además, ha reclamado a los políticos que “hagan algo por la cultura porque es lo único que hay que hacer”. Darín, que también ha dedicado el galardón a su padre, se ha quejado abiertamente por la música que empieza a sonar cuando pasan los 30 segundos reglamentarios para realizar el discurso de agradecimiento.

Su personaje de Julián ya había sido reconocido con el Forqué, el Feroz y la medalla del Círculo de Escritores Cinematográficos (CEC). En el pasado Festival de San Sebastián compartió junto a Javier Cámara, su compañero de reparto en la película, la Concha de Plata al mejor actor. Darín competía en esta categoría con Luis Tosar (El desconocido), Asier Etxeandía (La novia) y Pedro Casablanch (B).

En Truman, la aclamada película de Cesc Gay interpreta a un actor al que le han diagnosticado un cáncer terminal. Su amigo Tomás (Javier Cámara) viaja desde Canadá para pasar con él cuatro días en los que ambos compartirán experiencias muy marcadas por la proximidad de la muerte.

Ambos hablan de temas íntimos y duros sin caer en la lágrima fácil, gracias a un guión que aborda con naturalidad cómo alguien decide despedirse de los suyos cuando la muerte se aproxima y tratarlo sin tapujos.

La historia combina con inteligencia el trasfondo dramático, el humor y la ligereza de la cotidianidad, aunque el gran tema del largometraje es la amistad. La amistad entre dos viejos conocidos de toda la vida, pero también la entrañable relación entre Julián y su perro y su preocupación por buscarle una familia adoptiva cuando él fallezca.

Darín ha confesado ser un hombre muy sensible, amigo de sus amigos y un gran amante de los animales, sobre todo de los perros y dice que lo pasó muy mal cuando Truman, el can protagonista de la historia, murió poco después del rodaje. Tras una larga trayectoria cinematográfica, asegura que aún le queda mucho por recorrer y que el éxito es algo volátil.




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