¿Cómo tratan a los refugiados en la UE?

 Europa

La respuesta de Europa en la crisis de refugiados ha sido, cuando menos, polémica. No sólo por sus fallidos programas de recolocación o por los mejorables servicios de rescate en el mar.

SUIZA
Los refugiados deben entregar a las autoridades a su llegada todos los objetos de valor y dinero en metálico (unos 914 euros), un peaje con el que las autoridades creen evitar agravios comparativos con los nacionales que reciben ayudas sociales y aplicar la solidaridad basada en el principio de que sólo quien da recibe.

La norma prevé que si el refugiado abandona el país en un plazo de siete meses recuperará sus pertenencias. Si encuentra un trabajo y se queda, perderá lo confiscado y además deberá entregar el 10% de su sueldo al Estado durante 10 años hasta llegar a la cantidad de unos 14.000 euros.

REPÚBLICA CHECA
Sus restricciones a los refugiados afectan a todos los de confesión musulmana, pues solo aceptan cristianos.

Hasta la fecha ha dado refugio a 70 sirios cristianos, sobre todo niños que necesitan atención médica y a sus familias. Paralelamente, este país ha aprobado una ley que permite el internamiento de refugiados hasta tres meses por falta administrativa, internamiento desproporcionado e involuntario por el que el afectado debe pagar una tasa de manutención diaria de nueve euros.

ESLOVAQUIA
También cuelgan el cartel de “no se aceptan musulmanes” porque, explican, “no se sentirían cómodos en un país donde no hay mezquitas”.

BULGARIA
En Bulgaria la cultura de “no bienvenidos refugiados” no requiere de más medidas que una brutal actuación policial. Según la organización Human Rigths Watch, las devoluciones forzosas de refugiados a Turquía son constantes y van acompañadas de agresiones, robos y hasta mordeduras de perros.

ALEMANIA
Alemania también obliga a los refugiados a contribuir a los gastos que ocasionará su asistencia, aunque AFP sea de forma simbólica, y para evitar desagravios.

Así, la policía alemana requisa desde el pasado año a los refugiados dinero y objetos por encima de los 750 euros en el estado federado de Baviera y 350 en Baden- Wu¨ttenberg.

La medida emana de la legislación vigente y no guarda relación directa con la ola de robos y agresiones sexuales registrada en varias ciudades alemanas y que ha generado normas como la de prohibir la entrada de refugiados a pubs y discotecas en ciudades como Friburgo e incluso a la piscina municipal de la pequeña localidad de Bornheim tras recibirse quejas de acoso sexual con la mirada de empleadas y bañistas.

Eso, sin contar con atentados como el de Villingen- Schwenningen, donde un grupo de descontrolados arrojó una granada contra un centro de refugiados con 170 personas dentro.

BÉLGICA
Dos incidentes han centrado las polémicas en enero. Por un lado, la agresión de tres menores de 15 años a tres niñas en un tren, que se saldó con una multa para los chicos, demandantes de asilo con sus familias, pero… por no llevar un billete validado.

El segundo lo encabezó el alcalde de Coxyde, localidad junto al Mar del Norte, que quiso prohibir la entrada de demandantes de asilo en las piscinas públicas tras una supuesta agresión sexual de un joven de origen iraquí a una niña. La prensa informó en días posteriores que en realidad el joven acudió a ayudar a la niña cuando ésta sufrió un ataque de pánico en el agua. Finalmente, por votación, el Ayuntamiento decidió no prohibir la entrada a los refugiados. SUECIA Con una tradicional y generosa política de aceptación de asilados, Suecia se ha visto desbordada por la llegada masiva de refugiados.

Decidió introducir controles en el puente de Öresund, poniendo fin a ese cordón umbilical antaño tan celebrado.

El país ha visto cómo proliferaban los incendios contra albergues, así como un asesinato contra una joven trabajadora por parte de un refugiado de 15 años con problemas psicológicos.

Mientras el primer ministro enfrenta a un comité parlamentario por su “lenta respuesta” a la crisis migratoria, según la oposición de centro derecha, el responsable de Inmigración anunció que 80.000 solicitantes de asilo serán deportados.

(+) OTROS PAÍSES DEL “PRIMER MUNDO”
REINO UNIDO

Primero fueron las puertas pintadas de rojo en Middlesbrough y después las pulseras brillantes (también rojas) que obligaban a llevar a los refugiados en Cardiff. En poco menos de una semana, los británicos han conocido dos maneras inusuales de marcar a los inmigrantes mientras esperan su solicitud de asilo. Las dos prácticas han sido suspendidas ante el clamor popular y de los medios, mientras el Ministerio de Interior responsabiliza al sector privado.

DINAMARCA
Condenada por organismos internacionales y ONG, la ley aprobada esta semana por el Parlamento de Dinamarca que confisca a los solicitantes de asilo sus objetos de valor para financiar su estancia forma parte de la reforma de la ley de Extranjería. Mediante la reducción de prestaciones y mayores exigencias para la reunificación familiar el país escandinavo aspira a perder atractivo para los refugiados.

NORUEGA
Viendo cómo la frontera de Noruega con Rusia, en pleno Ártico, se convertía en la puerta trasera de Europa, el Gobierno conservador noruego con la ley en la mano (también Oslo ha endurecido su Ley de Extranjería) decidió que todos aquellos que entraran al país por el paso de Storskog serían devueltos a Rusia, país que consideran seguro.

Como los refugiados que entraban desde Rusia lo hacían en bicicleta, del mismo modo se les mandaba de vuelta. Al final se decidió deportarlos en autobús, pese al rechazo de la población.

F. El Mundo.




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