Por desgracia, después de las recientes nevadas, intensas en alguna parte de los Pirineos y sobre todo en muchas zonas de los Alpes, no hay día en que las avalanchas no nos presenten un fatal titular con el que comenzar la jornada. A veces incluso, hasta más de uno.
La lista de accidentes mortales a causa de algún alud sigue creciendo. Ayer, mientras unos automovilistas se salvaban de milagro de ser engullidos por toneladas de nieve cuando se dirigían por carretera a Zermatt en Suiza, dos esquiadores eran sepultados no muy lejos de allí, en Verbier, falleciendo sepultados mientras otros dos resultaban gravemente heridos al ser también arrastrados por el alud.