Tras un día de descanso, sin motos en la pista, ni palabras altisonantes, volvió la actividad al circuito Ricardo Tormo, donde el domingo pasado se decidió el Mundial de motociclismo y Jorge Lorenzo venció un campeonato que se venía caldeando desde hacía semanas.Y volvió también la acción al paddock.
Calmado el campeón del mundo, apaciguado el mosqueo por el éxito, enmudecido el subcampeón Rossi, menos hiriente de lo que lo ha estado en los últimos días, habló Márquez, sobre quien han caído la mayoría de los dardos del italiano.
El catalán respondió a las acusaciones de aquel, que el domingo le señaló como el responsable de su fracaso este curso por no haber ganado la carrera y no haberle facilitado así el camino hacia su décima corona.
Las últimas semanas han sido difíciles. Desde Malasia no estoy contento. No me siento bien con esta situación. Es raro lo que pasó entonces [Rossi le acusó de querer que Lorenzo ganara el Mundial y de ayudarle a conseguirlo], sobre todo después de una carrera en la que gané. Pensé que lo mejor era llegar a Valencia e intentar ganar la carrera.
Pero fue muy difícil concentrarme. No soy estúpido, sabía que si no ganaba estaría en esta situación [acusado de connivencia con Lorenzo]. Pero Jorge hizo una gran carrera, y yo no pude hacer más”, se defendió el piloto de Honda.
No puedo estar más en desacuerdo con las palabras de Valentino. Nos acusó a mí, a Dani, a Jorge, a Dorna… Que cargues contra un piloto, contra otro, contra el organizador, contra un equipo…, creo que no es bonito para el campeonato. Hay que intentar pasar página, aunque será difícil de olvidar”. Y añadió, en son de paz: “En el futuro estoy dispuesto a darle la mano”.
