Si piensas viajar a Reino Unido, o vives allí, y eres consumidor de popper, cuidado, porque una nueva legislación de 2016 establece penas de 7 años de prisión para quien compre, o venda, este producto.
Se trata de una nueva legislación que afecta a sustancias como el popper o el gas de la risa. El alcohol, la nicotina o la cafeína, se quedan exentos.
Activistas LGBT han mostrado su sorpresa, y enfado, argumentando que el popper no tiene efectos suficientemente nocivos para la salud como para ser un problema social.
Creen que el popper debe legislarse, pero en el actual mercado y normativa de los sex shops, y permitir su venta a mayores de 18 años como viene siendo desde hace 30.
A pesar de que colectivos LGBT piensan recurrir esta ley, no parece que puedan evitarla, y entrará en vigor en abril de 2016, incluyendo la compra y venta de popper, y también su compra o importación vía webs de fuera del país.
