EFE / Brasilia
El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva instó ayer al país a recuperar la confianza en la mandataria Dilma Rousseff y respaldar el duro ajuste fiscal que ha propuesto, pues «es humanamente imposible gobernar Brasil con esta crisis económica y financiera”.
Lula intervino ayer en la apertura de una reunión de la dirección nacional del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) y demandó a esa formación un «esfuerzo” en las cámaras legislativas para lograr la aprobación de las medidas de ajuste propuestas por Dilma Rousseff.
El exmandatario, antecesor y mentor político de Rousseff, admitió que Brasil está sumido en una grave crisis económica y política y afirmó que la aprobación de las medidas «necesarias” para reanudar el crecimiento económico representa la «salida a esta situación”, que hace «humanamente imposible gobernar”.
Lula reiteró, además, su condena a los intentos de la oposición por iniciar un juicio político contra Rousseff por unas maniobras que el gobierno realizó para maquillar los resultados de 2014 y que aún se mantienen.
Según la oposición, eso supone un «delito de responsabilidad”, que la Constitución contempla entre las posibles razones que pueden llevar a la destitución de un mandatario.
Lula, sin embargo, rechazó esa opinión y aseguró que el PT debe «impedir” que «se siga hablando de una destitución” de Rousseff «cuando no hay ninguna base legal para eso”. El exmandatario reconoció que el gobierno y su partido «no pasan por el mejor momento”, lo que se refleja en las encuestas.