Muere gran maestro del periodismo mexicano

El fundador del semanario ‘Proceso’ falleció esta madrugada a los 88 años

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El tres de octubre de 1968, un día después de la matanza de Tlatelolco, el diario Excélsior publicó un cartón de Abel Quezada. Sobre un recuadro negro se leían las palabras ¿Por qué? La viñeta respondía con fuerza a la barbarie del Ejército. La decisión de publicarla la tomó Julio Scherer García, que llevaba poco más de un mes como director del periódico y había emprendido un cambio para terminar con la prensa servil al poder de México.

Ese fue el sello que marcó la vida de Scherer, el gran maestro del periodismo mexicano, que falleció la madrugada de este miércoles en su hogar de la Ciudad de México a los 88 años a causa de un choque séptico. Así finalizó una extensa carrera de 70 años en el periodismo que comenzó en la década de los cuarenta como mensajero en el Excélsior y que dejó 22 libros publicados. Tras el golpe a ese diario orquestado por el presidente Luis Echeverría en 1976, Scherer fundó la revista Proceso. Su último texto se fechó un mes antes de su muerte, dedicado a la muerte de su amigo, el escritor Vicente Leñero.

Murió el reportero eterno, único mexicano que pudo sentarse con una libreta para entrevistar a personajes como Fidel Castro, Pablo Picasso, John F. Kennedy, Salvador Allende, al Che Guevara, Augusto Pinochet, Olof Palme y Zhou Enlai, entre muchos otros. Elena Poniatowska escribió que Scherer le había confiado que uno de sus grandes lamentos era el no haber entrevistado a Nelson Mandela.

Sus crónicas, como la de la hambruna en Bangladés en 1974 (recuperada recientemente por Letras Libres), hablan de una ambición por contar el mundo que se desplegaba más allá de las fronteras mexicanas en una época donde el poder y el resto de la prensa preferían mirar hacia adentro.

“La cirugía y el periodismo remueven lo que encuentran. El periodismo ha de ser exacto, como el bisturí. Si algo me apasiona es el periodismo sin imaginación, el toque de la realidad como es. En nuestra profesión nada supera al dato estricto y a la palabra exacta”, escribió Scherer, un hombre que negaba las entrevistas porque rechazaba que los reporteros fueran el centro de la atención.




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