Merkel, Berlusconi y Sarkozy respaldan al candidato Rajoy

Los líderes conservadores muestran su orgullo en Madrid por las políticas aplicadas en España. La intervención del primer ministro húngaro, criticado por su política xenófoba, levanta los aplausos

 

 

Los líderes conservadores europeos acudieron este jueves masivamente a Madrid para demostrar ante el Congreso del PP europeo y ante el mundo su respaldo inequívoco a las políticas y reformas que en los últimos cuatro años ha aplicado en España el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que el lunes firmará el decreto de convocatoria de elecciones generales. La clausura de la cumbre internacional, a la que acudieron una docena de jefes de Estado y de Gobierno, entre los que destacó la presencia de la canciller alemana, Angela Merkel, pero también exjefes de Gobierno y expresidentes como el francés Nicolás Sarkozy o el italiano Silvio Berlusconi, se convirtió en otro acto más y no menor de la larga precampaña de Rajoy hasta el 20 de diciembre.

 

Rajoy, por su parte, devolvió los halagos con un discurso en el que aprovechó para presumir de cómo rescató a España del abismo en el que estaba tras un gobierno socialista en 2011 y para atacar con una dureza mayor que normalmente tanto al PSOE como a Ciudadanos, en este caso sin citar a ninguna de las marcas. El líder del PP español destacó las recetas de su familia política como las únicas válidas y arremetió contra las socialistas que solo generan «déficits descontrolados y destruyen empleos». Con su particular lenguaje, Rajoy constató que ahora «surgen por doquier» en toda Europa y también en España «todo tipo de partidos que lo arreglan todo en media hora y no han gobernado nunca».

En su defensa de la estabilidad y la seriedad como grandes máximas políticas, el presidente español despreció a las fuerzas emergentes que «salen al mercado a ver lo qué encuentran» y las descalificó en contraposición siempre al PP, español y europeo. «Nosotros no somos un refresco de moda, ni fiebre de un día ni una vieja idea fracasada que se disfraza de novedad», remachó Rajoy. A todos ellos los etiquetó despectivamente como «nuevos y viejos demagogos».

Frente a todas esas opciones que ponen en peligro su continuidad en el Gobierno tras el 20-D, Rajoy defiende los valores del PP europeo en todos los aspectos, tanto del crecimiento económico, la creación de empleo y el «equilibrio entre generosidad y responsabilidad». Entiende que esas políticas son la única salida, que hay que consolidarlas de cara al futuro y se atribuye también el logro de mantener con una proyección de futuro incluso las iniciativas más sociales del Estado del Bienestar: «Las políticas sociales son populares, no socialistas, que no son capaces de mantenerlas y lo han hecho mal».

Los demás dirigentes conservadores que han intervenido en el Congreso del PPE han ensalzado con «orgullo» los logros de Rajoy y han planteado críticas ante las carencias actuales de la Unión Europea, sobre todo y muy particularmente ante el reto de la inmigración, que ha sido el gran debate de fondo de las jornadas por las visiones realmente contrapuestas entre las tesis más socialcristianas de Angela Merkel y Rajoy frente a la línea dura del húngaro Viktor Orbán.

El primero en hablar ante el plenario del Congreso del PPE fue el francés Sarkozy, una de las estrellas políticas que nunca faltan en los actos del PP español desde los tiempos del liderazgo de José María Aznar, ausente en la cita por sus propios compromisos. Sarkozy ha empezado por destacar su «orgullo por contar con un presidente» como Rajoy y ha prometido que volverá tras las elecciones del 20-D porque está seguro de que el candidato del PP volverá a ganar y gobernar.

El líder del partido republicano francés arremetió después contra los fallos que ve ahora en las instituciones europeas para responder a los retos tan graves como el de la inmigración, a la que no se responde con criterios comunes, y a los desafíos que plantean las opciones radicales y populistas. Esta crítica al radicalismo, y sobre todo al populismo, se ha convertido en uno de los lemas del día final del cónclave.

Antes del plenario, los jefes de Estado y de Gobierno presentes celebraron una minicumbre, que presidió Rajoy como anfitrión, en la que el presidente español aprovechó para trasladar a sus compañeros europeos la «evidente radicalización del PSOE» en España, en un diálogo que se entreescuchó a través del mudo de las imágenes que pudieron rodar las televisiones. También se escuchó a Rajoy comentar que los resultados de sus políticas en diversos sectores «están ahí».

Esa alusión del presidente español a sus méritos fue retomada ya en público por otros muchos dirigentes, sobre todo del propio PP español, que usaron cualquier foro, entrevista, encuentro o charla para etiquetar al candidato Rajoy como «el auténtico referente» de los conservadores europeos.

Además de la cumbre y el discurso final, Rajoy ha utilizado la cita en Madrid para mantener algunas reuniones bilaterales con dirigentes de las instituciones europeas pero también con el presidente de Letonia, el de Austria, el italiano Berlusconi (que ha sido una de las estrellas mediáticas de la cumbre) y con el jefe de Gobierno de Malta y la comisaria europea de Cooperación Internacional y Ayuda Humanitaria, la búlgara Kristalina Ivanova Georgieva. Fuentes del PP han precisado que no se vio a solas con Merkel porque ya se encuentran a menudo en todo tipo de citas y reuniones en Europa. Berlusconi no habló ante el pleno del congreso pero sí ante numerosos corrillos de periodistas y mantuvo una charla bilateral con Rajoy.

El discurso más esperado fue precisamente el de Angela Merkel, que como se esperaba apoyó totalmente a Rajoy y sus reformas. «Querido Mariano, estamos aquí, en España, que ha superado caminos duros, como el de la dictadura a la democracia, ha superado todo, la crisis, para destacar que este país es un extraordinario socio y para desearte, querido Mariano, mucha suerte y éxito en las elecciones». La canciller alemana también valoró la superación de la crisis económica en España desde la situación heredada en 2009 pero para enfatizar lo diferente que está ahora el país gracias a que el presidente Rajoy «ha cogido el toro por los cuernos, ha adoptado medidas difíciles y ahora hay un millón más de puestos de trabajo y ahora los ciudadanos pueden avanzar».

Merkel mencionó específicamente los casos de España, Irlanda y Portugal para poner de ejemplo las políticas populares aplicadas en esos países para situarlos entre las naciones más prósperas de Europa. Y agregó sobre las fórmulas del PPE: «Nosotros no contamos milongas a los ciudadanos, nosotros trabajamos duro». Al final demandó el trabajo y esfuerzo de todos los presentes, de todas las delegaciones y países, para no perder este ritmo actual, ser más fuertes en el futuro, no bajar la guardia y poner «toda la carne en el asador» para ser más competitivos y abiertos, en todo tipo de ámbitos, desde el comercio hasta por supuesto la solución a la actual crisis migratoria.



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