El jefe del Ejército de Brasil alerta sobre una crisis social

Agencias / Río de Janeiro

El jefe del Ejército brasileño alertó que la creciente tensión política que vive el mayor país de Latinoamérica podría derivar en una «crisis social”, según unas declaraciones publicadas ayer  por el diario Folha de Sao Paulo.

El general Eduardo Villas Boas lanzó su aviso durante una videoconferencia con 2.000 oficiales de la reserva el viernes 9 de octubre  de acuerdo con  la información del periódico  Folha.

«Estamos viviendo una situación extremadamente difícil, crítica, una crisis de naturaleza política, económica, ética muy seria y con preocupación de que, si continúa, pueda transformarse en una crisis social con efectos negativos sobre la estabilidad”, aseguró al diario.

Aunque Villas Boas, que fue designado por la ahora asediada presidenta Dilma Rousseff a comienzo de año, añadió que las instituciones  estatales están funcionando correctamente.

Pese a que se produjeron el viernes, las poco habituales declaraciones del general sólo se han hecho públicas ahora y suscitaron un gran interés en los medios  de prensa digitales.

Brasil restableció su democracia en 1985 tras 21 años de la dictadura militar que comenzó en 1964 con un golpe de Estado. Tres décadas después de la transición, la sociedad brasileña sigue muy sensible ante la posible injerencia del Ejército en la esfera política, recuerda AFP.

La propia Dilma Rousseff -de 67 años y que lucha ahora por alejar la amenaza del juicio político reclamado por la oposición, luego de que una auditoría considerara que las cuentas públicas fueron maquilladas- fue encarcelada y torturada durante la dictadura por formar parte de una guerrilla izquierdista.

Durante un acto sindical el martes en  la noche   en Sao Paulo, y escoltada por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva y el exmandatario uruguayo José Mujica, Rousseff alertó de la naturaleza de las acciones políticas que buscan destituirla.

La Presidenta  se mostró contundente contra quienes quieren «acortar” su mandato «sin hechos jurídicos” y acusó a la oposición de querer expandir «el odio y la intolerancia” en Brasil.

En su discurso más político, como el propio Lula admitió, la Mandataria recalcó que los movimientos articulados en las últimas semanas para la apertura de un proceso con miras a su destitución son «abiertamente golpistas”, destaca EFE.

«Lo que antes era inconformismo, se transformó en un deseo de retroceso político y eso tiene un nombre: eso es golpismo de manera abierta”, resaltó.

Las declaraciones de Rousseff se producen en un momento de gran tensión política, ya que el presidente de la Cámara de los Diputados, Eduardo Cunha, tiene en su mesa varias acciones intentadas por la oposición con miras a la destitución de la Mandataria, las cuales deberán ser analizadas en los próximos días o semanas. Pese a las numerosas peticiones ya archivadas por Cunha, la oposición confía en que el presidente de la Cámara acepte la solicitada por un grupo de juristas debido a que cuenta con vasta argumentación jurídica y se refiere a las maniobras contables ilegales que el Gobierno supuestamente realizó para maquillar sus cuentas.

 

Panorama Brasil

Viaje La presidenta Dilma Rousseff  iniciará el próximo domingo una visita a Suecia, primera escala de un viaje que concluirá en Finlandia el martes y cuyo objetivo central será la búsqueda de inversiones, informaron ayer fuentes oficiales.

Presión La oposición brasileña anunció ayer que se propone presionar por la apelación de una medida cautelar dictada por tres jueces de la Corte Suprema que dificulta el posible inicio de un juicio con miras a la destitución de la presidenta Dilma Rousseff.

Decisión La cautelar niega la posibilidad de que si un pedido de apertura de  juicio a  Rousseff es rechazado por el presidente de la Cámara de Diputados, la oposición pueda recurrir esa decisión.

 

Rousseff acaba con los viajes en primera clase

 

Agencias / Brasilia

Los ministros y altos funcionarios del Gobierno brasileño ya no podrán viajar en primera clase a costa del Estado, de acuerdo con un decreto firmado por la presidenta Dilma Rousseff y publicado ayer  en el Diario Oficial, citado por EFE.

Esa decisión forma parte de un paquete de iniciativas adoptadas para contener el gasto público en medio de la recesión que sufre el país y establece que los ministros y altas autoridades deberán utilizar la clase ejecutiva en todos sus viajes oficiales.

Según el decreto, los viajes en primera clase serán reservados al Jefe de Estado y al Vicepresidente, quienes suelen utilizar aviones de la Presidencia.

Esa medida completa una decisión anterior, que limitó el gasto de ministros y funcionarios con teléfonos oficiales a 500 reales (unos 131 dólares) por mes.

En las últimas semanas, Rousseff también dictó  normas para regular el uso de vehículos oficiales, todo lo cual ha enmarcado en una llamada «reforma administrativa” que apunta a «racionalizar” los gastos públicos.

Asimismo, rebajó  de 39 a 31 el número de ministerios, ha eliminado 3.000 cargos de confianza en la administración central y redujo en un 10 % su propio salario, así como el que reciben el Vicepresidente y los ministros.

Ante estas medidas el analista político  Bernardo Montes dijo a RFI que «Rousseff necesita hacer una cirugía mayor en el seno de su gobierno si no quiere perder más apoyo popular”.




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