El Rey ha tranquilizado a la Unión Europea respecto a la integridad de España ante el proceso soberanista iniciado por Cataluña y cuyo último capítulo ha sido la victoria en escaños de los partidos independentistas en las recientes elecciones autonómicas.
En su primer discurso pronunciado en el Parlamento Europeo de Estrasburgo, Felipe VI ha querido despejar todas las incertidumbres.
Europa se ha construido sobre la voluntad de sumar y no de restar; de aunar y no dividir; de saber compartir y ser solidarios.
Tengan pues, señorías, la seguridad de poder contar con una España leal y responsable hacia el proyecto europeo; con una España unida y orgullosa de su diversidad; con una España solidaria y respetuosa con el Estado de derecho”, ha afirmado en el largo discurso pronunciado con motivo de su visita oficial a la institución comunitaria.
Felipe VI ha resaltado la “firme y sincera voluntad de entendimiento” de los españoles como base de la España democrática de las últimas décadas.
Una voluntad que ha definido como “generosa y fraternal” y que se ha sustentado en la Constitución, el “gran pacto que defiende, preserva y ampara los derechos y libertades de los ciudadanos” y que, asimismo, “protege a los pueblos de España en el ejercicio de sus diversas culturas y tradiciones, lenguas e instituciones”.
En su intervención, ha ponderado las hondas convicciones europeas de España, seguro de que el futuro de la nación está en la continuación de nuestro gran proyecto común de la Unión Europea.
No es posible concebir España sin Europa, ni Europa sin España. Soy europeo, porque soy español”, ha subrayado.
Felipe VI ha vinculado los logros políticos, económicos y sociales, “así como la extraordinaria proyección de España en los últimos decenios y en todos los campos”, a la voluntad democrática y de progreso del pueblo español y su “firme compromiso con la integración europea”.
Coincidiendo con el 30 aniversario del ingreso de España en la Comunidad Europea, don Felipe ha aludido a Europa como uno de los consensos básicos de los españoles.
Ha sido el horizonte de la democracia y también de la modernización económica y la regeneración social y política de nuestro país», ha incidido.
Europa es donde los españoles queremos estar, donde nos merecíamos estar y donde permaneceremos siempre».
Pero el discurso del Rey, que ha sido interrumpido varias veces con aplausos, no se ha detenido en los logros y ha apuntado hacia los retos que afronta Europa.
Don Felipe ha defenido la necesidad de formular un nuevo ideal europeo «que movilice a los ciudadanos a favor de la integración y del proyecto de unidad.
Ha enfatizado la importancia de los principios y valores que fundamentan Europa: libertad, igualdad, solidaridad, dignidad, pluralismo y defensa de los derechos humanos.
Ha llamado a asegurar la prosperidad y el crecimiento, así como a ahondar en el esfuerzo de la unión económica y monetaria de Europa, esta última «un logro irreversible.
Pero ha alertado de que esa unión nunca será completa «sin su imprescindible dimensión social.
En ese contexto, se ha referido al problema migratorio y ha pedido una reflexión sobre la necesidad de Europa de dotarse de instrumentos de colaboración con los países vecinos «para evitar los desplazamientos masivos, la violencia y la inseguridad.
El Rey ha ofrecido a la Unión la experiencia española en el tratamiento de flujos migratorios y a apoyar iniciativas comunitarias en un problema que, ha defendido, necesita un enfoque global».
Felipe VI ha finalizado su discurso apelando a una Europa renovada para un tiempo nuevo en el mundo, trazando un paralelismo con su discurso de proclamación, en el que afirmó que para España había llegado la hora de una Monarquía renovada para un tiempo nuevo.
