Rajoy anuncia que las elecciones generales serán el 20 de diciembre

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha anunciado en la noche de este jueves, en una entrevista en Antena 3, que las elecciones generales serán al final el 20 de diciembre.

La Moncloa trabajaba ya con ese calendario o con la opción de fijarlas una semana antes. El líder popular ofreció también una justificación para esa convocatoria: «La razón es que si fueran el 13 de diciembre tendríamos que constituir el Parlamento prácticamente en plenas Navidades. Así hay un poco más de margen; hay hasta el 14 de enero.

Por tanto, podemos aprobar los presupuestos, hacer las elecciones y luego tener un margen para, después de las fiestas, constituir el Parlamento». En el PP y en el Gobierno la mayoría de sus dirigentes apostaban por la fecha del 13 de diciembre porque entendían que el 20 está demasiado cerca de las Navidades y muchos españoles están ya de viaje y fuera de sus domicilios habituales.

El Ejecutivo prentendía que el lunes 19 de octubre se aprobaran definitivamente los Presupuestos Generales del Estado para 2016 en un pleno especial para, inmediatamente después, convocar las elecciones para el 13 de diciembre.

Inicialmente se había dicho que esa fecha tenía un inconveniente: dos días antes hay una cumbre europea y, por tanto, Rajoy tendría que ausentarse de la recta final de la campaña.

El 13 de diciembre, la fecha preferida por La Moncloa y sobre la que también se había trabajado, requería de que la convocatoria se publicara el 20 de octubre como fecha tope, es decir, horas después de que se aprobaran los Presupuestos para 2016.

El 7 de enero debía constituirse el nuevo Parlamento y elegirse a los presidentes del Congreso y el Senado. El jefe del Ejecutivo ha explicado este jueves que su decisión permite no constituir el Parlamento en plenas Navidades, ya que así podrá hacerse hasta el 14 de enero.

En todo caso, hasta el 19 de octubre el Gobierno tendrá tiempo suficiente para aprobar las leyes pendientes en su trámite parlamentario.

Resuelta la incógnita de la cita electoral, que la directora de informativos de Antena 3 planteó en directo a Rajoy con una cuestión de si las elecciones serían el 13 de diciembre «sí o no», el presidente aclaró más tarde que serían el 20, sus razones y entró a comentar la situación en Cataluña tras las elecciones autonómicas del pasado domingo.

Rajoy respondió que entiende que ahora, tras los resultados, hay «menos riesgos» de una declaración de independencia de las opciones soberanistas porque éstas han cosechado en las urnas «el 36%» de los apoyos según el censo total. También ratificó que acatará y respetará cualquier decisión que tome el Tribunal Constitucional sobre cualquier alto cargo o funcionario catalán que incumpla la ley, y que podría permitir suspenderles de sus funciones según la reforma impulsada por el PP para ese órgano judicial.

La periodista preguntó varias veces a Rajoy por su idea sobre una futurible reforma de la Constitución, que defiende abiertamente el líder del PSOE, Pedro Sánchez, pero también otros dirigentes políticos como una tercera vía con la que ofrecer a Cataluña una singularidad particular. Rajoy no se salió de su guión fijo sobre ese tema.

En teoría se mostró dispuesto a hablar y dialogar de todo pero rápidamente aclaró que nunca sobre ningún aspecto que afecte ni a la unidad de España, ni a la soberanía nacional ni a la igualdad de todos los españoles.

Luego reprochó a Sánchez que haga esa oferta reiteradamente pero no le aclare nunca para qué y en qué aspectos concretos quiere cambiar la Carta Magna.

Cuando se le inquirió al presidente del Gobierno por su cuestionada posición inmovilista en el asunto catalán, Rajoy replicó que también le llamaron inmovilista cuando se negó a aceptar el rescate de España contra la opinión de mucha gente.

Rajoy negó que se le pueda considerar un «don Tancredo» por no hacer nada en determinados conflictos y puso de nuevo como ejemplo su rechazo firme al rescate y su negación a aceptar un trato fiscal y un referéndum para Cataluña cuando el presidente catalán Artur Mas se lo exigió.

«Mucha pedagogía y mucha explicación». Esa fue la receta y el tipo de gesto que el presidente Rajoy ofreció para contrarrestar en el inmediato futuro la crisis abierta con la deriva independentista catalana.

Y agregó: «Debemos hacer un esfuerzo para desmentir cosas que se han dicho y que son inciertas, falsedades.

Negó con vehemencia de nuevo que el Gobierno central haya interferido de ninguna manera en la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña de citar a declarar a Mas por la consulta del 9 de noviembre del año pasado y ratificó su apelación a ordenar los distintos sentimientos que confluyen en la sociedad catalana a través del cumplimiento de la ley.

Con la coartada de los sentimientos para liquidar la ley estaríamos en la ley de la selva».




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