Petra Pazsitka desapareció en la ciudad alemana de Braunschweig cuando tenía 24 años. Un día fue a coger el autobús, pero nunca llegó a su destino.
No era la primera vez que había sucedido algo similar en la localidad. Apenas un año antes una niña de 14 años había sido asesinada cerca de la parada en la que Petra cogió el autobús, con lo que la Policía enseguida relación ambos sucesos.
Es más, en 1985, la Policía detuvo a un joven, Günter K., que terminó confesando ambos crímenes.
La sorpresa surge ahora cuando la Policía ha descubierto que sigue viva: Petra sufrió un asalto en su casa de Düsseldorf, donde ahora reside, y llamó a la Policía.
Los investigadores que acudieron a su domicilio terminaron por dar con su verdadera identidad. Durante todos estos años ha utilizado nombres falsos y ha residido en distintas ciudades de Alemania.
De momento la única explicación que ha dado es que quería alejarse de su familia.
