Brasil anuncia metas anticontaminación entre presiones por lograr acuerdo sobre clima

AFP
Brasil

Brasil anunció el domingo sus metas para reducir la contaminación de gases de efecto invernadero hasta 2030, al tiempo que líderes mundiales aumentaron las presiones para alcanzar un acuerdo sobre el clima a fines de año.

En una Cumbre de Desarrollo Sostenible en la sede de la ONU en Nueva York, la presidenta brasilera Dilma Rousseff anunció que el gigante suramericano recortará las emisiones en «37%, de aquí a 2025».

Y «para 2030 nuestra ambición es llegar a una reducción del 43%», añadió la mandataria. El año base para ambas proyecciones es 2005.

Brasil llevará estas propuestas a la gran conferencia internacional sobre cambio climático (COP21), que reunirá a 195 países en diciembre en París con el objetivo de alcanzar un acuerdo para limitar a un máximo de 2 grados el calentamiento del planeta en relación a la temperatura de la era preindustrial.

El anuncio de Brasil fue seguido en esta cumbre que reúne hasta el domingo a 150 líderes en Naciones Unidas de llamados a aumentar los esfuerzos y la velocidad para obtener logros significativos en París.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llamó a los líderes de todo el mundo a aumentar los esfuerzos para alcanzar un acuerdo «fuerte».

«En apenas dos meses, el mundo deberá unirse en torno de un acuerdo global fuerte», expresó el mandatario estadounidense.

Por su parte, el presidente de Francia, François Hollande, advirtió que «todavía hay mucho trabajo» antes de sellar un acuerdo «creíble».

«No tengo nada más una palabra: acelerar. Acelerar el depósito de las contribuciones, la búsqueda de financiación», añadió tras un almuerzo sobre el cambio climático que copresidió junto con el secretario general de la ONU Ban Ki-Moon, el presidente peruano Ollanta Humala.

– Agua, viento y biomasa –

La propuesta de Brasil abarca ambiciosas metas para transformar el uso de la tierra y aumentar la proporción de las fuentes energéticas limpias en el país suramericano para los próximos 15 años.

Rousseff anticipó que para 2030 las fuentes renovables representarán el 45% de la matriz energética, mientras que 66% de la electricidad será generada por energía hídrica y otro 23% por otras fuentes verdes como viento y biomasa.

«Seguimos diversificando las fuentes renovables de nuestra mezcla energética, una de las más limpias del mundo», afirmó.

Además, serán recuperadas unas 15 millones de hectáreas de pastos degradados, 5 millones de esos transformados en áreas de cultivo, ganadería y bosques.

Esos objetivos son un reto en el mayor país de América Latina, que sufre la plaga de la tala ilegal en zonas remotas e intrincadas. Brasil ya hizo público este año su compromiso para restaurar 12 millones de hectáreas de bosques y eliminar la tala ilegal en la Amazonia para 2030.

Se requerirá un esfuerzo combinado de acciones de vigilancia militar y policial con políticas para incentivar actividades sustitutas, dijo la mandataria en una posterior rueda de prensa en la ONU.

«Está probablemente entre los compromisos más ambiciosos hechos por un país emergente, e incluso más ambicioso que algunos de los países desarrollados», dijo a la AFP el director internacional de Greenpeace, Kumi Naidoo, quien sin embargo cuestionó que el plan propone esperar hasta 2030 para acabar con la deforestación ilegal.

– «Comunes pero diferenciadas» –

En la Cumbre de Desarrollo Sostenible, que culmina este domingo, Rousseff expresó el compromiso de su país con la agenda post-2015 de desarrollo acordada el viernes para acabar con la pobreza en los próximos 15 años.

«Esta agenda innovadora exige la solidaridad mundial, la determinación de cada uno de nosotros y el compromiso de hacer frente al cambio climático, superando la pobreza y construyendo oportunidades para todos», dijo la mandataria, que volverá a pronunciar un discurso ante la Asamblea General de la ONU el lunes.

En referencia al combate frente al cambio climático, Rousseff llamó a actuar bajo el «principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas», un gesto hacia los países industrializados para que realicen un esfuerzo proporcionalmente mayor que los más pobres.

Expertos calculan que la nueva agenda, que contempla objetivos en países industrializados, requerirá entre 3,5 y 5 billones de dólares anuales de financiamiento.




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