España gana a Francia

Serían milagros si no los hubiera obrado ya antes el dios Gasol, si esta España que él comanda no hubiera demostrado que nunca vislumbra demasiado altas las barreras, que, cuanto más imposible se antoja la misión, más temible se convierte su amenaza. Son héroes.

No fue suficiente toda Francia empujando, 27.000 gargantas silenciadas en el Pierre Mauroy como hace un año el Palacio se quedó petrificado ante el inesperado puñal de este dignísimo rival.

Es el dulce sabor de la venganza que anoche le tocó experimentar a esta selección, ya parte de la leyenda, esta vez por su conmovedor ejercicio de superación en un Eurobasket en el que derriba gigantes a base de corazón.

El domingo será oro o plata, en cualquier caso ya con todos los honores. [Narración y estadísticas (80-75)]

No es sencillo fluir en semejante ambiente. A España le costó un mundo presentarse en la batalla, sobrepasada momentáneamente por el escenario.

No es que le traicionara la concentración, pero sí el acierto iba a ser así toda la noche.

Los seis primeros triples estuvieron lanzados, casi todos, tras haber trabajado la jugada, paciencia y buenos pases, pero se salían del mismo aro para desesperación de la selección.

Pese a todo, logró mantener la calma, mejor cuando emergió Sergio Rodríguez.

Benditas sus manos que encontraron a Pau Gasol, y su tacto para atinar, al fin, con el triple que enterraba los nervios, justo sobre la bocina del primer acto.

El problema del rebote

Era el comandante el Chacho, valeroso, descarado, como si sólo jugueteara en una pista callejera.

Pero más fundamental fue la aparición defensiva de Claver y Felipe Reyes desde el banquillo, triunfantes en la batalla de las segundas unidades.

Ellos equilibraron la balanza, pese a que algunas canastas de Gelabale hirieran por su dificultad, por ser logradas casi sobre la bocina, con los dedos del defensor a un palmo.

La intensidad era inaguantable, pero España no se arredró. Un triple de Rudy, incluso, dio ventaja a los de Scariolo (32-31, min. 18), corajudos, haciendo dudar al local.

Habían llegado al ecuador con mucha vida y eso que hacían falta más tipos que se sumaran a la labor ofensiva, sobre todo que despertara un Mirotic anulado.




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