Nada dura para siempre, pero la racha de 16 triunfos que José Fernández exhibe desde el inicio de su carrera en Miami posee cierto aire de eternidad.
Como si nunca se hubiera ido, el joven lanzador cubano subió el sábado en la noche al montículo del parque de La Pequeña Habana y procedió a dominar 2-0 a los Nacionales de Washington para confirmar que, en su patio, nadie canta más alto que él.
“Me siento feliz de estar ahí, lanzando, eso es mi vida, lo que más disfruto”, expresó Fernández, quien en 25 aperturas en casa presenta efectividad de 1.11. “A este equipo le han pasado muchas cosas, pero seguimos en la batalla, sin bajar los brazos hasta el final. Eso endurece nuestro carácter”.
Mucho se temía sobre Fernández, especialmente luego de un viaje a la lista de inhabilitados el 11 de agosto debido a una lesión en los biceps derechos, pero cualquier duda quedó eliminado tras esta actuación.
Con esta faena, el muchacho de Villa Clara igualó a Johnny Allen (1932-33) y LaMarr Hoyt (1980-82), como los únicos en ganar sus primeras 16 decisiones en casa, algo que no se ve todos los días.
A lo largo de cinco entradas, Fernández caminó sin permitir anotaciones, con dos hits, una base por bolas y siete ponches para dejar en una situación precaria a unos Nacionales que han perdido cinco juegos en fila y están cerca de verse eliminados en la carrera rumbo a la postemporada.
Miami, al igual que Washington, era visto como candidato seguro a los playoffs, pero malos manejos internos de la franquicia, unido a lesiones importantes como las de Giancarlo Stanton y Fernández -quien regresó el 2 de julio de una Tommy John- dieron al trasto con esas ilusiones.
Al menos los peces pueden esgrimir una excusa y vanagloriarse de haber ganado nueve de sus últimos 11 desafíos y cuatro series consecutivas, incluidas dos contra las potencias del Este: Nueva York y Washington.
Afortunadament, el relevo aseguró la cuarta victoria seguida -AJ Ramos sumó su quinto rescate en fila en cinco días- del club al continuar la ruta de Fernández y controló a unos Nacionales desconocidos, en plena desbandada.
“José estuvo fenomenal, no conozco a nadie más competitivo y apasionado que él”, reconoció el mánager Dan Jennings. “Él fijó el tono y el resto del equipo lo siguió al triunfo”.