Algunos no quieren, ni entienden, que una boda entre dos personas del mismo sexo en el seno del PP sea noticia… y hasta debate. Pero sí, lo es. Y no por nuestra culpa, sino porque todavía muchos recordamos que hablamos de un partido, el PP, que tuvo a bien presentar un recurso de inconstitucionalidad contra el matrimonio igualitario.
El día 18 se casa el vicesecretario de Acción Sectorial del PP, Javier Maroto, con su novio, y según cuenta hoy El Mundo, en el seno del Partido Popular están nerviositos perdidos porque no saben si Rajoy debe ir o no a la boda.
Invitado está, claro, pero aún no ha aceptado la invitación.
Javier Maroto dice que no hay divisiones, que simplemente Rajoy tiene una agenda muy complicada ese día y que ya veremos si le cuadra o no. Esa es la versión oficial, la otra es que se teme que si va sus votantes más ultras no le voten en diciembre.
Eso y que su presencia en esa boda no sería coherente con la postura de su partido, que quiso aguar a cientos de parejas la fiesta y las mantuvo en vilo muchos años por culpa de su recurso.
Dice Javier Maroto que su boda se ha recibido con normalidad en el PP, y que el matrimonio homosexual está plenamente asumido en su partido.
Suponemos que por estar tan asumido, el día del Orgullo Gay la delegada del gobierno en Madrid autorizó una marcha contra él. Suponemos que por estar tan asumido, no hace ni un año, un concejal del Partido Popular alegó objeción de conciencia para no casar a dos hombres.
Y suponemos que por estar tan asumido es que esta boda se ha convertido en un asunto de debate en los pasillos y despachos de Génova.
Quizás Javier Maroto no se merezca esta “presión” mediática. Quizás están pagando justos por pecadores.
Seguramente él luchó como un espartano en el interior de su partido contra aquel dichoso recurso, y en alguna ocasión públicamente así lo ha manifestado, pero claro… de aquellas lluvias vienen estos lodos.
Y no fuimos nosotros los que comenzamos el chaparrón… Rajoy, tanto si vas a la boda como si no, prepara el paraguas. Va a seguir lloviendo, muy a pesar de Maroto.
