Barcelona.-El Barça acude con ganas al encuentro del PSG. Necesita emociones fuertes, saber ya mismo sobre su potencial, medir su talla, y la jornada de hoy invita al pesaje: no hay torneo más exigente que la Champions, el Parque de los Príncipes de París siempre fue un escenario importante y el campeón francés es últimamente uno de los adversarios más potentes y cualificados de Europa. Aunque todavía no se ha recuperado del impacto de su eliminación la temporada pasada en Stamford Bridge y no podrá disponer de Ibrahimovic, Thiago Silva ni Lavezzi, el equipo de Blanc, se presenta como un excelente test para el Barcelona de Luis Enrique, líder de la Liga después de un arranque impecable ante rivales menores o de la clase media, solo manchado por un empate en Málaga.
El PSG no es el Madrid ni el Bayern ni el Chelsea. Tiene, sin embargo, una plantilla formidable, unos solistas estupendos, y aspira a superar de una vez los cuartos de la Copa de Europa. Un contrario que ni pintado para el Barça, un equipo en reconstrucción, necesitado de rodaje y cuajo para afrontar retos mayúsculos. La sintomatología es buena: Neymar marca goles (6), Rakitic funciona como futbolista total, Mathieu ha conseguido que no se hable de ningún central brasileño, no paran de producir la cantera (Munir y Sandro) y a menudo Messi es Messi, a veces origen de las jugadas, y en ocasiones punto final: (5 tantos y 8 asistencias). La carrera imparable del 10 se detuvo precisamente de manera brusca en París cuando se rompió el bíceps femoral el 2 de abril de 2013.
Messi y el Barcelona no han parado de buscarse desde entonces y aparentemente se han reencontrado con la llegada de Luis Enrique. El equipo suma seis victorias y un empate, no ha encajado un solo gol y empiezan a mezclar bien Messi y Neymar: han participado en 15 de los 18 tantos. No hay más lesionados que Masip y Douglas, las rotaciones permiten tener frescos a los futbolistas y el entrenador puede conceder minutos de calidad a jugadores del calibre de Xavi. Habrá que ver hoy si Piqué entra en la alineación y vuelve Ter Stegen, portero titular ante el Apoel. No hay de momento problemas defensivos y las preocupaciones son en ataque por la dificultad en la elaboración del juego, opuesta a su facilidad para la presión y el vértigo, muy pendiente siempre de los laterales, sobre todo Alves y Alba.
