David de Gea vive sus peores días como jugador profesional. Fuera de la rutina habitual del equipo, relegado a la grada de manera sistemática, ignorado por Van Gaal, señalado por un sector de la afición del United por culpa de su entrenador y, sobre todo, angustiado por el paso de los días sin que se concrete su futuro, el verano del portero español está siendo de todo menos plácido.
Cuando finalizó la temporada pasada, De Gea abandonó Mánchester con la idea de no volver. Estaba convencido de que su fichaje se gestaría en los primeros días del mes de junio y que empezaría la pretemporada con el Real Madrid.
No contaba con el total bloqueo de su entrenador y del director general, Ed Woodward, los mismos que le dieron largas cuando Jorge Mendes, en el mes de enero, llamaba a la puerta para empezar a tratar la renovación.
De Gea no olvida que las ofertas que le ha puesto el United encima de la mesa sólo han llegado cuando el Madrid se lanzó a por él. Antes de eso, y pese a ser durante dos años el mejor portero de la Premier, ni una llamada para tratar una mejora de contrato, pese a que es uno de los jugadores con la ficha más baja del equipo.
El portero español siempre ha tenido la sospecha de que detrás de las largas que le ha venido dando el United hasta la irrupción del Real Madrid venían motivadas por Louis van Gaal, que nunca se ha declarado un enamorado de De Gea. Por eso fichó a Víctor Valdés en el pasado mercado de invierno. David no le convencía y por eso probó con el ex del Barcelona, con el que, para variar, también ha terminado mal.
Molesto con Van Gaal
Por todo esto, De Gea no entiende ahora que Van Gaal no le deje salir de una manera amistosa. «¿Si no me quería antes, por qué no deja que me vaya?», confiesa el portero a los suyos y a sus mejores amigos del vestuario, que también están sufriendo viendo la situación por la que pasa David.
