Se les cayó mientras huían y se quedó en plena calle, aunque completamente blindada. El alcalde de Vall d’ Alcalà, Pedro Martínez, cuenta que «sobre las siete de la mañana se dieron cuenta de que la caja estaba en medio de la calle».
Mientras la localidad disfrutaba de sus fiestas, los ladrones sustrajeron un pequeño remolque. Después, de madrugada, asaltaron el Ayuntamiento llevándose la caja fuerte en el vehículo, con la mala suerte de que se les cayó en su huída.
Se cree que por la embergadura de la caja, pudieron intervenir en el robo entre tres y cuatro personas. No puedieron recuperarla por su excesivo peso, por lo que intentaron abrirla sin éxito.
Optaron entonces por abandonarla, lo que ignoraban los ladrones es que dentro no había ni un solo euro.
