La federación argentina de este deporte mantiene una activa política que muestra frutos en juveniles.
Es el único deporte local que ostenta un estadio nacional donde desarrollar la alta competencia. Aunque frecuentemente ignorado por los medios especializados, el béisbol no sólo mantiene una presencia constante, sino que alienta expectativas en el mediano plazo sustentadas en el desarrollo de sus categorías juveniles.
“Contamos con categorías menores de muy buen nivel desarrollando la difusión del deporte en el país –augura Sergio Javier Martin Martín, presidente de la Federación Argentina de Béisbol, con el objetivo puesto en los Juegos Panamericanos de Lima 2019, después de la desazón de quedar afuera de la competencia de Toronto–. Confiamos en el futuro en la actividad”.
La génesis del béisbol en la Argentina puede rastrearse en paralelo a la de otros deportes importados por colectividades, en este caso la estadounidense, ligada a la instalación de filiales de de grandes empresas.
“Podemos situar fehacientemente su inicio en el año 1925 con la fundación de la Asociación Argentina de Béisbol, pero por comentarios esporádicos aparecidos en diarios porteños puede asegurarse que ya en 1888 era jugado pero solamente por empleados de empresas americanas en el país”, repasa Martín, quien revela como dato anecdótico que otro “Jorge Newbery, tío del celebre aviador, fue quien intentó implantar el béisbol en el país, con residentes americanos”.
