Aferrada a los errores ajenos para inclinar el fiel de la balanza hacia la absolución. La defensa de Marta Domínguez en el juicio del TAS resaltó las irregularidades cometidas en cuatro controles antidopaje para invalidar los valores hematológicos que figuran en el pasaporte biológico de la atleta. Esta fue la base principal del pliego conclusiones expuestas por el abogado José Rodríguez ante el tribunal compuesto por el sueco Conny Jorneklint, el belga Romano Subiotto y el luxemburgués Jacques Radoux. El letrado también recurrió al hipotiroidismo y al entrenamiento en cámaras de hipoxia.
En el pasaporte biológico de Domínguez aparecen anormalidades generadas por los resultados de cuatro controles antidopaje, realizados el 5 y 13 de agosto de 2009, el 21 de septiembre de ese mismo año y el 27 de julio de 2010. Los dos primeros test se practicaron antes del Mundial de Berlín (oro en 3.000 obstáculos), el cuarto en el Europeo de Barcelona (plata). La AMA y la Federación Internacional de Atletismo (IAFF) afirman que esas fluctuaciones en el pasaporte responden al uso de sustancias dopantes. En su alegato, Rodríguez apunta que los desequilibrios se deben, en parte, al «incumplimiento de protocolos».
