Hechos, más que palabras. Siempre fue una de las premisas por las que se guió Pau Gasol y pocos como él engrandecieron tanto su figura más allá de las pistas. Entre el estrepitoso último fracaso de la selección, las bajas confirmadas y el turbio entorno actual de pitadas al himno y compromisos a medias, seguramente no era el momento más propicio para tomar las riendas.
Y, sin embargo, el de Sant Boi se vuelve a colocar al timón de España en uno de los instantes más delicados deportivamente. La explicación, ayer por la mañana en Madrid, tan sencilla como contundente: «No sé si ha afectado tanto el tema de los Juegos Olímpicos, sino el hecho y la consciencia de que me quedan pocos campeonatos a disputar; y lo que significa la selección para mí. Es un grupo muy especial, es una oportunidad única que sé que cuando no pueda jugar, porque mi carrera haya acabado, echaré de menos».