Ante la complicada situación de elegir, muchas veces la mejor opción es quedarse con todo. Champú y acondicionador en el mismo bote; bufé libre para salir a cenar; de postre, ni manzana, ni fresas, ni piña, sino macedonia; ¿fútbol o natación?: waterpolo… Telecinco ha optado por esta estrategia del todo en uno para enganchar a la audiencia en el horario previo al informativo de mediodía. Su nueva apuesta se llama Cámbiame, un programa en el que confluyen hasta cinco géneros televisivos distintos.
El hilo conductor del nuevo programa es el cambio de imagen de una persona (make over). Pero los aspirantes deben ganarse el puesto compitiendo con otros candidatos (game-show). Para ser elegidos tienen que convencer a un jurado (talent). Se muestra también el día a día del protagonista (reality), y los testimonios de los participantes, familiares y amigos introducen el talk-show.
Para Óscar Cornejo, productor ejecutivo de La Fábrica de la Tele, esta peculiar mezcla de géneros crea una categoría propia que define como «talent mental», ya que los aspirantes no convencen al jurado con sus «habilidades artísticas», sino con sus «historias». «Cada participante tiene que hacer uso de su oratoria para persuadir a los especialistas», señaló en declaraciones a EL MUNDO.
Más de 5.000 personas solicitaron participar en el programa en la primera semana del casting. «No tenemos problemas para encontrar historias, lo complicado es seleccionar las mejores», apuntó Cornejo en la rueda de prensa de presentación de Cámbiame. La mayoría de candidatos son mujeres, pero, según destacó el responsable de la productora, el número de hombres que se ha interesado es más alto de lo que esperaban.
El destino de los participantes está en manos de tres expertos en estilismo y moda: Cristina Rodríguez, Natalia Ferviú y Pelayo Díaz. Ellos decidirán quién merece un cambio de imagen. Desde un sillón y con un pulsador al lado dictarán sentencia, mientras los aspirantes desfilan por una cinta en movimiento durante un minuto exponiendo su historia. Si los tres jueces aprietan el botón, el candidato volverá a casa. Pero si éste llega al final del recorrido, podrá elegir a su coach personal.
«La gente viene aquí porque necesita cambiar, no para ponerse guapos para un evento. Nosotros les ayudamos a cambiar por dentro. Les damos sueños para que tengan una vida diferente, sin operaciones, y sólo con motivación, autoestima y estilo», explica Cristina Rodríguez en declaraciones a este diario.
