El primer desahucio con el Gobierno de Carmena, paralizado tres semanas

A primera hora de este martes, Asunción iba a ser desahuciada de su casa. La mujer, divorciada, de 57 años y con un hijo de 24, contrajo una deuda de 50.000 euros que había engordado hasta los 150.000 por sucesivos aplazamientos. Los prestamistas requirieron la entrega de la casa, utilizada como aval. La movilización de la PAH y la implicación de dos concejales del equipo de Carmena ha conseguido que se aplazace el desalojo tres semanas.

Antes de las 7.30 de la mañana, siete furgonetas de antidisturbios han cortado los accesos de la calle Siena, en el distrito de Ciudad Lineal. Por eso cuando una treintena de personas de la Plataforma Antidesahucios ha llegado a la zona no ha podido acceder al portal. «Este desahucio no es normal porque el deudor es un prestamista particular en lugar de, como suele ocurrir, un banco», cuenta Francisco García, activista de 27 años que ha estado en una veintena de desalojos y forma parte del grupo que ha venido a frenar el de Asunción. «Le dieron 50.000 euros y ahora debe 150.000; qué intereses le han debido poner», añade. La mujer contrajo el préstamo con Finanzas Roda, con domicilio social en la Gran Vía madrileña, y utilizó su casa como aval. Cuando no pudo asumir las cuotas, la deuda se derivó al prestamista Francisco Rodríguez López, asegura la afectada, que prefiere que no se dé a conocer su apellido para preservar su intimidad.

«Hemos estado coordinándonos para buscar una alternativa para Asun», cuenta la concejal de distrito, Yolanda Rodríguez. Tomó posesión este lunes y lleva desde primera hora pendiente del caso: el primer desahucio de la era Carmena. Aunque a última hora del lunes habían encontrado una solución —trasladar a la mujer a una residencia del SAMUR social y posteriormente a un centro de Caritas—, finalmente el acuerdo se truncó. «Asunción no quería irse de su casa», aclara Rodríguez.

Para evitar que se quedara en la calle, tanto la concejal de distrito como el edil de Seguridad, Javier Barbero, han mediado para encontrar una solución. «Desde las 8.30, está en la casa el jefe de Asuntos Sociales, Javier Pomar, intentando dialogar con la comisión judicial», explica Rodríguez.

Junto a él, los abogados del prestamista y de la deudora, y entre 20 y 30 activistas que acompañaban a Asunción. Algunos habían pasado la noche en la casa; otros, llegaron pronto y pudieron acceder a la calle. Un muro de antidisturbios escuchaba sin pestañear las proclamas del colectivo.

«Este desahucio lo hemos parado. Este desahucio lo hemos parado». Con este grito, se corría la voz entre los activistas de la PAH de que más de tres horas después de haber llegado a la calle Siena había un acuerdo. Informándose por WhatsApp y por redes sociales, los integrantes de la plataforma iban radiando las novedades a los asistentes. «Parece que no está del todo detenido», alerta uno de ellos minutos después de haber anunciado la paralización, «hay que esperar». Desde la bocacalle, custodiada por una decena de antidisturbios, dos policías municipales vigilan el portal número 34; en los balcones, los vecinos de Asunción se asoman, algunos con un café en la mano, para ver qué está pasando.

Llega un mensaje nuevo: una foto a través de la mirilla de la puerta. A la vez, una imagen de Twitter. «Está la cosa muy fea», lamenta Lucía, de 34 años. Falsa alarma. Aunque no están presentes, los dos concejales implicados, Rodríguez y Barbero, confirman la paralización del desalojo: «Desde el Ayuntamiento hemos firmado un compromiso para aplazar el desahucio», cuenta Rodríguez por teléfono. «Nos han dado un poco de tiempo para encontrar una solución habitacional a la afectada. La comisión judicial ha tenido en cuenta que acabamos de llegar al Consistorio y que hemos tenido muy poco margen de maniobra», explica la concejal. «Nuestra voluntad es pararlo», insisten desde el Ayuntamiento. Aunque el Consistorio no tiene potestad para paralizar un desahucio, la alcaldesa Carmena se comprometió a crear una Oficina Antidesahucio. «El objetivo de este organismo no es parar el desalojo [no entra dentro de sus competencias] sino mediar entre las partes y o bien fomentar el acuerdo entre prestamista y deudos o bien reubicar a la persona desalojada para que no se quede en la calle», aclaran desde Ahora Madrid.

Hoy han conseguido tres semanas de aplazamiento. «Esto está siendo muy duro», dice Asunción, entre sollozos y sonrisas. «¡Enhorabuena!», gritan entre aplausos los activistas. «Sí se puede, sí se puede», añaden con alegría. «Se ha aplazado, pero por lo menos da un cierto margen a Asun», cuenta Lucía. Y concluye: «El primerdesahucio de la era Carmena se ha paralizado».



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