Las negociaciones entre Dani Alves y el Barcelona llevan meses de gestación. El pasado mes de abril, la exmujer y representante del futbolista, Dinorah Santa Ana, aseguró que no aceptaban la oferta de renovación del club catalán. Sin soluciones a la vista, el brasileño confesó en mayo que su futuro era “una incógnita”. “Tomaré una decisión después de la Champions. Antes no, que me distraigo. Si estoy aquí es porque estoy escuchando muchas tonterías y gilipolleces. Me están faltando al respeto y tengo un límite. Cada cual pone las interpretaciones en su periódico según sus intereses. Y he llegado a límite”, expresó, molesto, el defensa.
“Alves tiene una oferta encima de la mesa desde hace semanas. No queda mucho para decidir el tema porque este martes dimitimos…”, aseguró, este lunes, Josep Maria Bartomeu, presidente del Barcelona. Y esta mañana Alves dio el sí. El domingo en la celebración de la triple corona del Barça, el lateral, visiblemente emocionado, ya dejaba entrever sus pocas ganas de dejar el Camp Nou. “No sé cuánto durará este sueño, no sé si ha llegado al final. No sé cuánto durará, pero que sea eterno mientras dure. Aquí fui feliz, aquí soy feliz y aquí seré feliz, soy uno más de ustedes”, dijo el 22. Un sentimiento correspondido con la afición azulgrana, que le pidió que se quede. Así sucedió.
