Procurador de Colombia: «El gobierno sufre Síndrome de Estocolmo con las FARC»

«Hay un creciente escepticismo en la opinión pública provocado por la obstinación de las FARC por continuar con sus acciones criminales contra la sociedad civil y las fuerzas públicas»,afirmó el procurador general de Colombia, un órgano autónomo del gobierno, en declaraciones para el diario español El Mundo.

Según denunció, la guerrilla ha continuado reclutando niños, sembrando minas antipersona, traficando con droga y secuestrando. «Siguen matando colombianos», aseguró. De acuerdo con su explicación, el proceso de paz se ha utilizado para dividir al país entre «buenos y malos», entre amigos y enemigos de la paz. «Al Gobierno le ha faltado liderazgo para promover y para concitar la unión de todos los colombianos en torno al proceso de paz», agregó.

Para Ordóñez, es un error pensar que los críticos están sólo en el «uribismo». Entre ellos hay diferentes sectores sociales, políticos, institucionales. «El Ejecutivo debe estar dispuesto a escuchar las críticas y a corregir lo que sea corregible del proceso. Y los críticos deben estar dispuestos a escuchar las explicaciones del Gobierno y a aceptarlas, las que sean razonables. Ni el proceso es perverso por sí mismo ni los opositores son enemigos de la paz. El acuerdo debe comprometer a todos los sectores del país».

El Fiscal general enumero los errores de la guerrilla en el proceso: «primero, haber continuado con sus acciones criminales contra la sociedad civil. Segundo, pretender o exigir absoluta impunidad frente a los crímenes de guerra, los delitos de lesa humanidad y las graves violaciones de los derechos humanos. Tercero, pretender que la mesa de La Habana sea soberana, es decir, que desde allí se pueda condicionar al Estado para que implemente una revolución por contrato».

Además, detalló que entre las malas decisiones tomadas por el presidente Juan Manuel Santos se registra la de no haber exigido a las FARC ninguna condición para iniciar el proceso. «Legitimó políticamente a la guerrilla y desconocer que quien se sentaba en la mesa era un ejército diezmado, acorralado y disminuido. El Gobierno está sufriendo el síndrome de Estocolmo, su actitud es de concesión permanente», agregó.




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