Centros comerciales aceptaron medio apagados primer día de racionamiento eléctrico en Venezuela

Cumplida la 1:00 pm, la gente que entró al Centro Comercial Sambil Caracas se encontró con una novedad: las tiendas de ropas, accesorios, electrodomésticos o de servicios estaban cerradas. Ante la soledad del puesto de información que da la bienvenida por la entrada principal del centro, frente a la Avenida Libertador, los sorprendidos se acercaban al personal de limpieza para aclarar sus dudas. “Eso fue una nueva medida del gobierno. ¿No se enteró?”, respondió una empleada de mantenimiento a una inocente joven que no entendía por qué casi todos los locales estaban clausurados y a oscuras.

La ruta con movimiento la marcaban solo las escaleras mecánicas que subían. Quienes se aventuraban a tomarlas se encontraban con que en el último piso, el nivel Diversión, había algo de vida, por lo menos de comida. Locales de sushi, hamburguesas y pizzas estaban a la orden de los visitantes, pero estos parecían no divertirse mucho cuando tenían que pagar más de 1.500 bolívares para almorzar “pura chatarra”, como aseguró un muchacho que dio media vuelta después de consultar los precios de Araxi Burger.

“Somos prioridad”, explicó uno de los empleados de la Heladería 4D, que también estaba abierta, pero en la Feria, el nivel de abajo. Efectivamente, el racionamiento eléctrico impuesto por Corpoelec respetó el derecho a comer aquí. La medida impuesta a partir de hoy, miércoles 10 de febrero, invitaba a todos los centros comerciales del país a autogenerar electricidad en los lapsos de 1:00 a 3:00pm y de 7:00 a 9:00pm. Por esta razón, el Sambil, que cuenta con una planta propia, prefirió dotar de energía en estos horarios solo a locales de comida, bancos y estacionamiento.

Taquilla de Cines Unidos (CC Sambil)

Los cines sí fueron sacrificados por el corte eléctrico. Los pocos que se acercaban al Cinex se encontraban con las cintas que prohibían el paso a la taquilla y dos empleados que repetían a los curiosos que abrirían a las 3:00 pm. Las respuestas eran las mismas por parte de los trabajadores que aguardaban sentados en la entrada de las salas en Cines Unidos. En ninguno había rastro de la cartelera. Faltaba más de hora y media para permitir la entrada.

Esta imagen se repetía en los locales a medida que pasaba el tiempo. Las santamarias por la mitad evidenciaban la ansiedad por reiniciar la actividad comercial en la Senza o Claire´s. Sus vendedores permanecían dentro de ellas pero con la luz apagada: no tenían corriente eléctrica, como tampoco tenían las escaleras que despedían a los cientos de visitantes que subieron a almorzar en alguno de los locales de la feria.

El descenso a pie permitía tomarse el tiempo para leer los afiches que adornaban las barandas de cada piso del centro comercial. Antes de llegar al nivel Autopista, para salir, se podía leer en uno de ellos: “El mejor país se hace haciendo cada quien lo mejor que puede con lo que tiene”. Antes de despedirse del centro comercial, Sambil recordaba a sus usuarios que “los venezolanos no somos flojos; somos fuerza emprendedora”. Eran las 2:00pm y las tiendas seguían cerradas.

A la misma hora, el Centro Comercial San Ignacio, tres cuadras más arriba, fue más riguroso con el racionamiento eléctrico: todos los accesos estaban cerrados hasta las 3:00 pm, cuando pretendían retirar las cintas que impedían el paso de los visitantes al interior del coloso naranja que se levanta en el municipio Chacao.

En un municipio aledaño, Sucre, el Centro Comercial Millenium Mall tenía una cara parecida: los accesos a sus cinco pisos estaban custodiados por vigilantes que lanzaban un tajante “nada” cuando algún interesado preguntaba qué estaba abierto. Sin embargo, el nivel Plaza tenía unos 10 locales de comida en funcionamiento. Del otro lado, una fila de cientos de personas esperaban que habilitaran el paso para ir a comprar “lo que haiga”, como expresó una señora con paraguas, en el Farmatodo del lugar. Un empleado de limpieza trato de “amenizar” la espera de los compradores. “Querían cambio, ustedes querían cambio”, decía en tono desafiante mientras barría la acera. Faltaba media hora para poder entrar al mall ubicado frente a Parque Miranda.
Cumplidas las 3:00pm todo volvió a la normalidad. Al otro lado de la Autopista Francisco Fajardo, el Centro Comercial Ciudad Tamanaco (CCCT) subió nuevamente las santamarías de sus locales. Bancos, tiendas de ropa, ventas de zapatos y la gran pantalla colocada en el C2 (el piso más alto) para transmitir campañas publicitarias fueron encendiendo sus luces. Así reanudaron su actividad por cuatro horas más, hasta que dieron la orden de bajar los suiches como Corpoelec manda y acabar la jornada, a las 7:00pm.
EL Nacional




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