A medida que rescatistas en Mississippi y Alabama pasaban de la búsqueda y el rescate a la limpieza, el sur del país se preparaba para una tercera ronda de clima potencialmente letal el martes. Los tornados suelen golpear ya avanzada la tarde y en la noche.
Una de las zonas más afectadas en la oleada de tornados del lunes por la noche fue Tupelo, Mississippi, donde una gasolinera parecía haber sido pisoteada por un gigante.
Francis González, que también es propietaria de una tienda de enseres básicos y un restaurante de comida mexicana junto a la gasolinera, se guareció con sus tres hijos y dos empleados en la nevera portátil de la tienda mientras el techo sobre las bombas de gasolina quedaba reducido a fragmentos de aluminio.
«Dios mío, ¿cómo puede ocurrir todo esto en sólo un segundo?», afirmó.
El martes, el ruido de las motosierras cortaba el silencio de una mañana brumosa en Tupelo. Enormes robles, derribados como si fueran juguetes, bloqueaban los caminos. Los vecinos se ayudaban mutuamente a cortar las ramas.
«En estos momentos esto ni siquiera se ve como un lugar con el que yo esté familiarizado», dijo Pam Montgomery, que caminaba con su perro en el vecindario. «Uno ve hacia algunas de la calles y ni siquiera parece que hay una calle».
De acuerdo con el conteo preliminar del gobierno, 11 tornados —incluido uno en el que murieron 15 personas en Arkansas— azotaron el domingo la sección media de la nación, y cuando menos 25 asolaron el sur el lunes, indicó el Centro Nacional de Pronóstico de Tormentas del Servicio Nacional de Meteorología.