Venezuela libera a dos presos políticos

El régimen chavista que conduce Nicolás Maduro ha liberado la noche del martes al excandidato presidencial y exgobernador del estado petrolero de Zulia, Manuel Rosales, preso en la sede del servicio de inteligencia desde hace un año por supuesto enriquecimiento ilícito.

El anuncio corrió como pólvora en las redes sociales y agitó nuevamente los temores del sector más radical de la oposición, que considera que la liberación del líder de la formación socialdemócrata Un Nuevo Tiempo forma parte de una oscura trama que supone que la dirigencia aceptará que el referéndum revocatorio se celebre en el primer trimestre de 2017.

La salida de la cárcel de Rosales se produce al día siguiente de la liberación del activista de Voluntad Popular, Francisco Márquez, detenido en vísperas de la culminación de la primera etapa de la activación de la consulta sobre la permanencia de Maduro en su cargo. Ambos han salido de los calabozos luego de la sorpresiva visita del exjefe del gobierno de España, José Luis Rodriguez Zapatero, a finales de la semana pasada a Caracas.

Tanto como un gesto del régimen en aras del diálogo, la excarcelación de ambos opositores podría ser vista como un esfuerzo del gobierno para darle credibilidad a las gestiones que efectúa Zapatero desde mayo para intentar que las partes dialoguen. En esa dirección razonó Ernesto Samper, secretario general de Unasur, uno de los más entusiastas defensores del diálogo. “Bienvenido Manuel Rosales a su familia. Este paso fortalece el diálogo entre los venezolanos”, escribió en su cuenta de Twitter.

El tribunal que conoce la causa de Rosales le dictó una medida de arresto en un domicilio de la capital Caracas. Márquez, mientras tanto, ha salido fuera del país directamente de los calabozos del Sebín, la policía política, como parte de los acuerdos alcanzados. “Mi salida de la cárcel no me dio la libertad, sino un exilio forzado”, escribió en una carta abierta.

Rosales, electo como alcalde de Maracaibo, la principal ciudad del occidente de Venezuela, se marchó del país en 2009 porque no tenía garantías de que se desarrollara un juicio justo en su contra. La fiscalía lo acusaba entonces de enriquecimiento ilícito y había pedido a los tribunales una orden de captura en su contra. Todo ese proceso siguió a las acusaciones que lanzó en su contra el entonces presidente Hugo Chávez. En medio de la campaña para las elecciones regionales de 2008 el fallecido líder dijo “que estaba decidido a meter preso a Rosales”. A partir de ese momento, el político opositor fue investigado por la mayoría oficialista de la Asamblea Nacional y por la Contraloría General de la República (Tribunal de Cuentas).




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