Rumbo al 16

El panorama político dominicano ha tomado diferentes rumbos (algunos impredecibles) durante los últimos años, caracterizados todos por la incertidumbre y el predominio político del gobernante Partido de la Liberación Dominicana (PLD) sobre todas las esferas de poder del país.

Desde el año 2004 a la fecha, se han celebrado cinco elecciones y todas han sido ganadas por el PLD de manera contundente (a excepción de 2012 cuando el margen de diferencia fue apenas 4%), lo que ha provocado que muchos dirigentes de oposición, sedientos de poder decidan acercarse al gobierno para “negociar” su apoyo al mismo.

Luego de las elecciones del año 2012, donde resultó vencedor el actual presidente, Danilo Medina, sobre el candidato del opositor Partido Revolucionario Dominicano (PRD), ese partido ha tenido que pasar por una fuerte división, que provocó la salida de sus filas de la mayor parte de sus dirigentes emblemáticos.

Todos conocemos lo que ha sucedido después de este hecho, surge el Partido Revolucionario Moderno (PRM), y se ha convertido en el único partido de “oposición” (sin haber hecho nada extraordinario para tales fines), principalmente por los constantes errores políticos y alta tasa de rechazo que acumula el presidente y candidato presidencial del PRD, Miguel Vargas Maldonado.

Con ese escenario y la alta valoración que le reconocen todas las encuestas al presidente Medina (algunos la sitúan por encima del 90%), pareciera inminente la reelección presidencial y que la celebración de elecciones es puro formalismo democrático, pero no es tan fácil.

A medida que pasan los días crece el descontento en la población por los constantes problemas que aquejan la nación dominicana, basta con hablar de inseguridad ciudadana, corrupción, clientelismo, por solo mencionar tres casos, para darse cuenta que las cosas no marchan bien.

Danilo Medina se ha beneficiado de los constantes problemas de la oposición, pero en la actualidad la oposición empieza a cohesionarse en torno a un candidato que cada día se fortalece más y aglutina mayores sectores que desde hace mucho tiempo, han mostrado su oposición a los gobiernos peledeistas.

Estarían equivocados los que piensen que en la actualidad, el candidato del PRM, Luis Abinader, tendría alguna posibilidad de ganarle unas elecciones presidenciales a Danilo Medina, pero también están equivocados los que piensan que Medina tiene el triunfo en las manos, porque no es así.

Reformar la constitución con el único propósito de introducir la reelección presidencial no es sano para ninguna democracia, así se haga para “complacer al pueblo”, porque un país solo avanza en la medida que todos sus ciudadanos respetan las leyes aunque no le favorezcan.

Una reforma como la que ha planteado hacer el gobierno, siempre provoca profundo rechazo en diferentes sectores de la sociedad, debido a las constantes denuncias de corrupción y compra de legisladores para aprobar dicha modificación; lo que puede provocar descontento en una parte importante de la población, principalmente en la clase media que es la más crítica.

A pesar de todo esto, acudiremos a las elecciones del año 2016 con un presidente en busca de la reelección presidencial, con todos los recursos del estado disponibles para imponerse; pero también con una oposición unificada en torno a un mismo criterio y decidida a terminar de una vez y por todas con esta era de dominio peledeista.

En esa situación cualquier cosa puede pasar, lo lógico sería pensar que al final se impondrá la reelección, debido a la alta aprobación mostrada por el Presidente Medina en las encuestas, pero no sería descabellado imaginar que esa popularidad se desplome de un momento a otro y que termine ganando la oposición, esperemos a ver qué pasa.




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