Última marcha de los cascos azules bolivianos en Haití

La última marcha de los cascos azules bolivianos en Haití se realizó ayer al mediodía en el patio principal de la base Tiwanaku  en Puerto Príncipe. Los 205 integrantes del decimoquinto contingente en misión de paz están a poco de retirarse del país caribeño, en el que ponen punto final al trabajo que empezaron sus antecesores en 2006.
Al son de la marcha La Patria,  los soldados abandonaron el patio con dos tanques de Naciones Unidas (UN) como decoración de fondo, más una réplica de la Puerta del Sol y dos monolitos.
En el acto de despedida, las autoridades bolivianas manifestaron su orgullo por la labor desempeñada por un total de 3.108 efectivos, mientras que los representantes de otros países manifestaron su agradecimiento.
«Durante este tiempo han contribuido a la paz y a la estabilidad, dos condiciones imprescindibles para el desarrollo. Al irse, yo puedo asegurarles que nunca Haití podrá olvidarlos, porque estarán en su corazón. Nos permitimos creer que regresarán como invitados, o turistas, pero siempre como hermanos”, dijo el ministro de Defensa de Haití, Lener Renaud.
La representante especial de la Secretaría General de la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah), Sandra Honore, resaltó el trabajo del Ejército boliviano tras el terremoto de enero de 2010, que destruyó Puerto Príncipe. Más de 300 mil personas fallecieron aquel día y un número superior fueron heridas.
Entonces, el contingente boliviano, cuya misión principal es coadyuvar a los ejércitos más grandes en misiones de paz y estabilización, olvidó protocolos y salió a las calles para salvar vidas, rescatar cuerpos sepultados, atender a los heridos y después enfrentarse a un nuevo enemigo: el cólera.
«Las camillas tenían huecos con bolsas plásticas para que los enfermos hagan sus necesidades sin levantarse. Llegaban en gran cantidad, muchos no se salvaban”, recordó  el excomandante de la misión boliviana en Haití, Óscar Escalier.
Desde septiembre de 2006 hasta el año pasado, los cascos azules bolivianos llegaban cada seis meses. En total pasaron 15 contingentes. El repliegue de este último responde al plan de las Naciones Unidas de disminuir su presencia en el país, tras considerar que después de estos años se alcanzó varios de los objetivos propuestos.
«La misión de las Naciones Unidas es la consolidación de Haití, tanto en tema de seguridad como de estabilización política. La reducción de tropas de varios países ya empezó en 2013”, explicó la vocera de la Minustah, Sophie Boutaud de la Combe, quien añadió que se tiene previsto concluir toda la misión hasta 2016.
El comandante del decimoquinto contingente boliviano, Freydrich Angles, coincidió con sus subalternos  al resaltar como una de sus mejores experiencias la convivencia con ejércitos de distintas partes del mundo. «Acá nos convertimos en uno solo”, dijo.
Los 205 efectivos, entre militares y civiles voluntarios, están ansiosos por volver a casa, anhelo que se concretará dentro de los próximos 15 días.
Algunos dicen que se extraña de todo, desde el clima de Bolivia  hasta la comida.
«¡Un buen fricasé!”, comentó el médico Guillermo Castro con una sonrisa. «Lo que más ansío es reencontrarme con mi familia. Con mi esposa tomamos caminos separados hace tiempo. Ella está en España y yo acá, pero coincidimos para encontramos en Bolivia”, declaró.




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