Belén Esteban baja, sube Esperanza Aguirre

Que por mayo era por mayo, con la calandria y el ruiseñor empecinados en jodernos los despertares y, de mientras, con la catarata de políticos hiperactivos haciendo el pazguato en televisión. Buen estropicio nos hizoClinton cuando le dio por el soplamiento de saxo en los cuarteles deOprah Winfrey, que es como nuestra Mariló pero en afro. Andaba todavía el pobre Bill sacudiéndose el esperma de lo de Lewinsky, la becaria aquella pizpireta y estrábica, y algún asesor ‘new age’ le animó a probar con el ‘funky jazz’ en directo para engatusar a los votantes.

En qué hora maldita obedeciste, ‘my lovely’ Clinton, con lo bonito que se te daban las eyaculaciones imperiales en las calenturas del despacho oval. Aquel puto saxofón abrió la veda de la campechanía electoral, y de aquellos polvos vienen ‘aquestos’ lodos: Rita Barberábailándoselo todo al ‘caloret’, Antonio Miguel Carmona al retortero deSinatra, como el ‘crooner’ de Orcasitas, y Cifuentes, ‘Cifu’ en petit comité, jugando al Cheminova en el regazo ortopédico de Pablo Motos. Del rap de Monago, por imperativo psicomédico, me ahorraré el improperio.

En estos tiempos azarosos del CIS nuestro de cada día, los candidatos no han de conformarse con esa cartelería que germina en paredes y farolas como apariciones de arcángeles. Semejante ‘photoshop’ a brochazos, tan de Cristina Almeida, no se estila en la ‘era Sálvame’ -salvo para dilatar pezones rubicundos en ‘Interviú’-. Con Jorge Javier como oráculo de la intelectualidad ibérica se impone la ‘televerité’; políticos que cantan un chotis tabernero, que adoptan ancianitos en la pescadería, que van por las veredas en locas bicicletas, arremangados, como de ‘casual friday’.

Pero la opereta no ha de durarles siempre. El lunes 25, con el resacón del recuento y el meneo de escaños, volverán las ausencias. Las teles de plasma, el eco secretísimo de los despachos, el silencio jamás prometido. Y entonces, sólo entonces, a Pablo Motos que le vayan dando, pues Sus Señorías no han ganado unas elecciones para hacer ‘hollywoodiadas’ como Charles Chaplin. Y el que quiera bici, dicho sea, que se pase un ratito por Nerja.

Yo, que soy alimaña de costumbres, a lo manchego, me arranco la piel a jirones de pura incertidumbre. Y pregúntome qué será de las cadenas cuando acabe el zafarrancho electoral de Esperanza Aguirre. Telecinco, que en dos semanas fulminará ‘Un tiempo nuevo’ para regalárselo a Cuatro -que viene a ser la hermana fea de Mediaset-, apura el climaterio de esta campaña; hoy, ya con efluvios de despedida, mi Barneda del alma recibe a ‘Cifu’, a Gabilondo, aCarmena, a Villacís y a María Santísima -esta última es un retruécano literario, no se me espanten-. Y ‘La Sexta Noche’, que no necesitó el canalillo de ‘La Pechotes‘ para ganar la escaramuza, ha confirmado las visitas de González Pons, el macho alfa, y Carmona, que anda rumiando unos torneos navales en el lago del Retiro. Que viva, pues, la algarabía.




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