Cuando Julia tenía cuatro meses, su madre ofreció al senegalés un contrato de ‘au pair’. El africano que vino en patera la cambiaba, la paseaba… Una historia de un amor en negro y blanca: «Hubo gente que decía que estábamos locos». Los reunimos 10 años después
En la localidad madrileña de Las Rozas, han sido la pareja más extraña jamás vista, el dúo que concitaba todas las miradas, un tándem de arrullos en blanco y negro, esa perfecta simbiosis que eran (son) ella y él y que te recordaba a una aliancita de civilizaciones.
Ella se meaba encima y a continuación él la dejaba como una patena.
Ella se podía a llorar y entonces él la cogía en brazos.
Ella empezaba a andar y él no le soltaba la mano.
Ella comenzaba a hablar y él le enseñaba a decir mamá y perro