Alberto Cortez se queda en un rincón del alma dominicana

República Dominicana lo aplaudió por décadas en sus escenarios. Y casi la vida le regala a sus seguidores aquí lo que hoy hubiese sido su último concierto, el pasado viernes 29 de marzo en el Teatro Nacional, lo que no pudo ser porque ya estaba despidiéndose, como lo hizo ayer, a los 79 años de edad.

“Un cigarrillo, la lluvia y tú”, una de las primeras composiciones de Cortez (escrita a los doce años), pasó al cancionero dominicano tras ser grabada a dúo con Sergio Vargas.

El cantautor argentino definió “Un cigarrillo, la lluvia y tú” como maravilloso “y no porque la compuse yo, sino porque la cantó Sergio Vargas a dúo conmigo, y porque me la interpretó Tito Rodríguez, que hizo del tema un éxito inmenso”.

Además de Sergio, Cortez también fue muy amigo del cantautor José Antonio Rodríguez, Víctor Víctor, Amaury Sánchez y otros artistas y empresarios como Néstor Caro y César Suárez Pizano, el fallecido comunicador Yaqui Núñez del Risco y los fenecidos expresidentes Juan Bosch y Joaquín Balaguer.

En 1987 se produjo un histórico encuentro en el programa televisivo “De Noche”, entre Bosch y Cortez, respondiendo a Yaqui Núñez “sobre poema y canción, sobre libertad creadora y sobre el futuro de la humanidad”, reseñó en ese año El Nuevo Diario.

Políticos amigos
Para Bosch, Cortez tocó la fibra sensible de las masas con su poesía social musicalizada, y destacó la concordancia que existe entre las palabras y la música de sus canciones.

En cambio, Joaquín Balaguer posiblemente fue uno de los mayores admiradores dominicanos de Cortez, según cuenta el mismo artista en una visita que realizó a Listín Diario.

“Una vez estaba de salida en el aeropuerto cuando un militar se me acercó, preguntó mi nombre y me entregó un regalo, de parte del presidente de la República”, señaló el artista cuando sostuvo un encuentro con el director del Listín Diario, Miguel Franjul, en 2010.

En su visita, el autor argentino también recordó al profesor Juan Bosch.

Cortez, uno de los artistas más influyentes de la generación de cantautores de los años 60 y 70, fue tan querido en Quisqueya que fue imitado en los espectáculos de Julio Sabala. “Para mí es un honor que lo haga, y esto se lo he dicho a él”, dijo Cortez, según reseñó LISTÍN DIARIO el 28 de mayo de 1987.

Al veterano artista le encantaba el público dominicano. “Cuando me dicen Dominicana, me siento contento y honrado. He pasado momentos muy gratos en Santo Domingo. Todavía hay cosas que no conozco allá, por ejemplo la parte turística de Punta Cana, me gustaría hacerlo”, dijo en entrevista para LISTÍN DIARIO en noviembre de 2009. Según llegó a decir, preparaba “minuciosamente los conciertos de Santo Domingo porque para mí regresar aquí es motivo de alegría”. Desde hacía décadas cantaba en escenarios del país.

“Nunca olvidaré la primera vez que llegué a Santo Domingo. En el hotel Jaragua, presenté mis credenciales al público siendo aún un ilustre desconocido”, recordaba en entrevista con Diario Libre en 2010.

El público, rememoró, aplaudió sin exceso de entusiasmo con un inmenso respeto. En ese mismo viaje, lo invitaron a cantar para los universitarios “y aquello fue una explosión de entusiasmo, y desde entonces hasta hoy aquel fervor se extendió a todo el público y mantengo desde entonces una relación como dije al principio de amor recíproco”.

En noviembre de 2014 fue su último concierto en Santo Domingo. Ya para entonces se le veía diezmado por los años, pero siempre elevado a la altura de lo mejor que ha tenido la escena de la canción en español.

Su legado quedará en emblemáticas canciones como “El abuelo”, “A partir de mañana”, “Castillos en el aire”, “A mis amigos”, “En un rincón del alma”, “Mi árbol y yo”, “Distancia”, “Te llegará una rosa” y “Cuando un amigo se va”, dedicada a su padre y convertida en imprescindible de funerales como el que ahora tristemente él protagoniza.




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