La política es cambiante. Dentro del Partido de la Liberación Dominicana los adversarios internos del expresidente Leonel Fernández tomaron como bandera de lucha contra éste el tema de las primarias abiertas organizadas por la Junta Central Electoral, bajo la premisa de que el exmandatario tiene gran apoyo en la militancia morada, pero al mismo tiempo gran rechazo de la población a lo externo de su partido.
Durante todo el año 2018 éste ha sido el eje de la confrontación interna entre danilistas y leonelistas. El expresidente Fernández ha sostenido, con toda la razón jurídica y constitucional, que las primarias abiertas organizadas por la Junta Central Electoral (que no son otra cosa que unas elecciones anticipadas para octubre del año 2019), son inconstitucionales en virtud de un fallo precedente de la Suprema Corte de Justicia del año 2005 que, actuando como Corte Constitucional, declaró inconstitucional la Ley de Primarias Abiertas aprobada por el Congreso a iniciativa del entonces senador José Tomás Pérez, pieza legislativa en la que trabajé como asesor jurídico de José Tomás.
Al margen del tema jurídico y constitucional, cabe hoy una pregunta para analizar su respuesta en este artículo: ¿Le conviene al Dr. Leonel Fernández que el próximo día 27 de octubre el Comité Central de su partido apruebe las primarias abiertas, el uso del padrón de la JCE para elegir el candidato presidencial del partido morado? ¿Le conviene más al expresidente Fernández que sus votos en unas primarias se los cuente la Junta Central Electoral o la diputada Miriam Cabral y el buen amigo Danilo Díaz, furibundos seguidores del presidente Danilo Medina, que hoy controlan la poderosa Secretaría de Organización peledeista?
Las circunstancias políticas han cambiado. El expresidente Leonel Fernández, conforme a la última entrega de Gallup, ya no sólo supera al presidente Medina internamente, sino que externamente también es el favorito, tanto frente al actual Presidente, como frente a sus posibles adversarios externos de cara al ‘20. El hallazgo más curioso de la última encuesta de Gallup es que alrededor de un 10% de la población está percibiendo a Leonel Fernández como el jefe de la oposición política frente a Danilo Medina y el gobierno; ésto, sin que de su boca haya salido ninguna crítica o línea oposicionista, sino motivado por la conocida inquina que poderosos sectores del gobierno tienen contra el expresidente Fernández.
El amigo y acucioso periodista Felipe Ciprián, en un interesante análisis publicado por este Listín Diario el pasado viernes, decía que en la medida que el expresidente Fernández sea el favorito en las encuestas, internas y externas, obligará al presidente Danilo Medina a salir a detenerlo procurando una nueva reelección. Horas después el amigo diputado Elpidio Báez reveló al país que ya se trabaja intensamente en el Congreso Nacional en procura de los votos de legisladores para motorizar una nueva reforma constitucional que permita una segunda reelección del presidente Medina.
¿Qué pasaría si el presidente Leonel Fernández llegara a la reunión del CC del PLD aceptando el reto de primarias abiertas organizadas por la JCE? Dejaría desarmados a sus adversarios políticos internos y tendría una clara y aplastante ventaja frente a los precandidatos que hasta ahora han salido dentro del PLD. ¿Qué pasaría si ante esa situación, como dice el amigo Ciprián, el presidente Medina no espera a marzo como dijo en el programa de Jatnna y devela sus reales planes de quedarse en el poder más allá del ‘20, aun tenga que dividir su partido PLD?
Entiendo que el mejor regalo que le podrían hacer al Dr. Leonel Fernández, presidente del PLD, es darle la oportunidad histórica de encabezar la confrontación del sentimiento nacional que existe hoy contra una nueva reelección de Danilo Medina, que según Gallup supera el 70%. Para Danilo Medina enfrentar a Leonel Fernández en unas primarias abiertas en octubre de 2019 tendría que pasar por el escandaloso y terrible desgaste de lograr con “malas artes” una reforma constitucional espuria, que de consumarse debilitaría enormemente al PRM y a sus dos líderes principales, Luis Abinader e Hipólito Mejía, sin cuyo concurso es imposible numéricamente pasar una reforma constitucional para una nueva reelección en la Cámara de Diputados.
Si Luis e Hipólito permitieran que sus legisladores le aprobaran una reforma constitucional al presidente Medina para reelegirse, quedarían totalmente anulados como líderes opositores y permitirían a Leonel Fernández asumir el liderazgo de enfrentar en unas elecciones anticipadas (todo el padrón de la JCE) al presidente Medina, faltando pocos meses para las elecciones generales. Una polarización del país entre Danilo y Leonel dentro de un año en elecciones anticipadas le daría un aplastante triunfo al expresidente Fernández y dejaría al PLD con las heridas de una grave división.
En el tema de la posible división del PLD, cabe hacer las siguientes preguntas: ¿Quién tiene más que perder, política y personalmente, si el PLD, producto de la división por imposición de reelección, sale del poder? ¿Danilo o Leonel? El Comité Político del PLD y la famosa OTAN, ¿se irían para su casa en el ‘20 entregándole el poder a la oposición, todo porque el sector de Danilo no quiera darle paso a Leonel Fernández?
En política todo es posible, pero es un hecho de que las primarias abiertas organizadas por la JCE, que son inconstitucionales desde el punto de vista práctico, favorecen hoy al Dr. Leonel Fernández. Existe mucha desesperación dentro del PLD por el tsunami de apoyo que está expresándose en favor del Dr. Leonel Fernández. Muchos estrategas danilistas se niegan a aceptar la realidad de que las condiciones actuales no son ni se parecen remotamente a las de hace cuatro años. La situación del país empeora, el choque petrolero externo, el dólar a más de un 50, el desplome del gobierno en las encuestas y las relaciones de Estados Unidos con el gobierno de Medina en estado crítico, días antes de su viaje a China, no parecen ser los momentos oportunos para lanzar un nuevo proyecto de reelección para perpetuar al presidente Medina.
