Los cuatro miembros de la familia Troadec llevan desaparecidos desde el pasado 16 de febrero y nadie sabe dónde están. Pascal y Briggite y sus dos hijos Sebastien, de 21 años, y Charlotte, de 18 se esfumaron de la casa familiar, situada en la periferia de Nantes sin dejar rastro. Ante la falta de noticias de sus familiares, la hermana de Briggite, acudió a la policía y ésta confirmó sus peores sospechas. Dentro del domicilio no había nadie pero sí se encontraron restos de sangre con el ADN de los desaparecidos, excepto el de la hija.
La familia ha sido descrita por el vecindario como “normal” con pocas relaciones con el resto de los habitantes del pueblo, según informa el diario Le Monde. Además de la sangre, en la casa se encontraron las camas deshechas y no había sábanas. Según los investigadores, había platos en el fregadero y ropa húmeda en la lavadora, como si la actividad se hubiera detenido de forma repentina. Los teléfonos móviles no estaban activados y los dos coches de los padres estaban en la casa.
