Un gay de la India denuncia a su familia tras una paliza y amenazas de violación colectiva

Sanjoy es un joven de 20 años de edad que vive en Calcuta. Si a su familia le cuesta asimilar que sea simplemente homosexual, lo que no está dispuesta a aceptar es que pretenda vivir como tal.

En el momento en que tienen conocimiento de que se ha ido a vivir con su pareja, no dudan en contratar a un grupo de matones para que le den una paliza y le amenacen con «curar» su homosexualidad, para lo que pretendían obligarle a visitar a un médico, a lo que se ha negado. Ante su reticencia a mantener su forma de vida, su familia no ha dudado en intimidarle con una violación correctiva y colectiva y les ha denunciado.

El amor nos fortaleció y nuestra fuerza mental aportó a nuestra actitud de no rendirnos nunca. Ahora vivimos juntos sin tener nada más que a nosotros», declara Sanjoy después de que un tribunal le haya dado la razón.

Si bien la Sección 377 del Código Penal, heredada de la era colonial, condena la homosexualidad en la India, fue abolida en 2009, aunque sería posteriormente reinstaurada por la Corte Suprema en 2013.

Tras cuatro años de legalidad de la homosexualidad en el país asiático, ciertos sectores son tolerantes con las personas homosexuales, pero para algunas familias es una cuestión de «honor», independientemente de que sean hindúes o musulmanas.

El año pasado, la Corte Suprema de la India aceptó reexaminar la ley que penaliza la homosexualidad con hasta 10 años de prisión tras el éxito cosechado por la película Aligarh (Hansal Metha, 2015, india), que relata la historia real de un profesor de lengua marathi en la Universidad Musulmana de Aligarh, suspendido de su trabajo cuando un reportero de televisión le graba furtivamente mientras mantiene relaciones sexuales con otro hombre en su dormitorio, por la que su protagonista, Manoj Bajpayee , ha sido reconocido con el premio Dabasaheb Phalke, máximo galardón de la cinematografía hindi.

Recientemente, otro popular cineasta, Karan Johar, publicaba su biografía, An unsuitable boy, en la que reconocía indirectamente su homosexualidad. Pero hasta la fecha, no se ha producido ningún movimiento para revisar la temida Sección 377.




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