A las nueve de la mañana, la mujer de Toni puso a hervir una olla grande de agua para los garbanzos de la escudella. Su familia fue una de las que ayer se despertó sobresaltada a las cuatro de la madrugada por el ruido de los disparos que venían de la vivienda del principal de su escalera, en el número 30 de la calle Marte de la Mina, en Sant Adrià de Besòs. En este barrio se distingue el sonido de un tiro.
El bloque está tan cerca de la comisaria de los Mossos d’Esquadra que no hizo falta que nadie les avisara. Los agentes de guardia escucharon los disparos, se colocaron los chalecos antibalas, y salieron a la calle. En el interior del piso encontraron el cadáver de un hombre con heridas de arma de fuego. Indocumentado. Estaba en una de las habitaciones de la casa en la que, por los muebles y la ropa, debía dormir un bebé.
Los pocos vecinos que se atrevieron a bajar a la calle indicaron a los mossos que otros dos hombres, “sangrando”, habían escapado del lugar. Aún ayer había rastro de la sangre perdida en algunos rincones. A uno le encontraron casi en la rotonda de salida del barrio. Pese al disparo en el glúteo pudo echar a correr. De nacionalidad albana, no vivía en la Mina. Ayer seguía hospitalizado y no se teme por su vida. Lo poco que comentó, sin que le preguntaran, al personal sanitario que le atendió es que es un músico que salía de una actuación esa madrugada. Que le dispararon, pero no sabe quién, y que comenzó a correr.
