Donald Trump inauguró este miércoles oficialmente su primer hotel en Washington, situado a tan solo un kilómetro de la Casa Blanca, en un acto que fue mitad publicidad mitad campaña electoral y que estuvo acompañado por una protesta en la calle. Tras arremeter contra la política del presidente Barack Obama y contra la candidata demócrata, Hillary Clinton, Trump pidió a los estadounidenses que se unan a él en las urnas el 8 de noviembre. “No hay nada que no podamos hacer porque Estados Unidos es grande”, dijo ante unos 150 invitados y otros tantos periodistas congregados en el salón de baile presidencial del Hotel Trump, al que llegó con media hora de retraso.
El establecimiento de lujo, situado en la Avenida Pensilvania, en pleno centro de la capital estadounidense, se encuentra en pleno funcionamiento desde el 12 de septiembre.
La inauguración oficial, en la que Trump estuvo acompañado por su esposa, Melania, y sus hijos, se dejó sin embargo para hoy, cuando faltaban exactamente 13 días para las elecciones presidenciales. “¿Campaña o promoción?”, se preguntaban hoy los medios norteamericanos. “Tenemos la elección de creer en nosotros mismos y en nuestro país”, manifestó Trump poco antes de cortar con unas tijeras de oro la cinta inaugural en el lobby del hotel.
