En busca del perro que ataca rebaños

Dos ovejas muertas, una cabra y diez ovejas desaparecidas. Es el balance del ataque de dos perros a un rebaño de Hortoneda, un pueblo del municipio de Conca de Dalt, en la Reserva Nacional de Caza de Boumort, la semana pasada. Uno de los perros ya está con su dueño, al segundo can lo están buscando los Agentes Rurales.

No es la primera vez que un rebaño de la zona sufre ataques de perro. Suele ocurrir muchos años al final del verano. Lo cuentan los vecinos y el alcalde de Conca de Dalt, Martí Cardona, muy crítico con quienes compran un perro para tenerlo en casa y cuando crece lo suelta en un pueblo de la montaña: “Es muy bonito tener un cachorro en casa, cuando crece mucha gente lo suelta en plena naturaleza y luego paga el pato quien lo paga”.

El alcalde que conoce bien la situación porque es ganadero cuenta que cuando se produjo el primer ataque se puso en contacto con la dirección de la reserva y enviaron a agentes rurales armados. “Una noche vieron al ganado dispersarse por un ataque en el que los perros mataron a una oveja, pero los agentes no vieron a los perros”, relata.

Días después localizaron a uno de los perros y el dueño se ha comprometido, según el alcalde a pagar los daños. Al segundo can lo siguen buscando. Los daños todavía no pueden contabilizarse. Muchas ovejas están preñadas y tendrían que parir en octubre, hasta entonces podrían producirse abortos que podrían ser consecuencia del ataque.

Este ataque se produjo sólo una semana después de registrase otro en Llimiana, también en el Pallars Jussà con 31 animales muertos.

En noviembre de 2014 los agentes rurales localizaron en Aitona cinco cachorros de una manada de perros asilvestrados que habían atacado granjas en Serós y otras poblaciones del Segrià y también capturaron al líder de la manada.




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