LOS HOMOSEXUALES YA PUEDEN DONAR SANGRE EN FRANCIA

El proyecto de ley de sanidad francesa se sometió a votación en la Asamblea Nacional el pasado viernes tres de abril, en concreto la enmienda referida a la exclusión de los homosexuales en la donación de sangre. La votación ha sido unánime, concluyendo que «nadie puede ser excluido de la donación de sangre a causa de su orientación sexual”.

Pese a que la ley de modernización de la sanidad lanzada en 2013 todavía no ha sido adoptada, ya se ha aprobado la modificación de la enmienda que impedía desde 1983 donar sangre a los hombres homosexuales. La ministra Marisol Touraine no ha encontrado resistencia en la Asamblea Nacional para acabar con esta norma que especificaba que “toda persona que haya tenido una sola relación homosexual en su vida y lo reconozca durante la entrevista médica tiene automáticamente prohibido donar su sangre”. Este criterio se basaba en las estadísticas, que mostraban en la época mayor presencia del virus del SIDA entre homosexuales, y en que el virus no siempre era fácil de identificar en los test.

Los gobiernos sucesivos no han tenido prisa por hacer que la norma cayera en el olvido, todo lo contrario. En 2009, un nuevo decreto precisaba claramente los casos en los que se denegaba la donación de sangre, entre los que figuraba el hecho de ser un “hombre que hubiera tenido relaciones sexuales con otro hombre”. El veto por una relación homosexual se indicaba como “permanente”, a diferencia de las relaciones sexuales sin protección o a la toma de drogas que solo excluían de la donación durante los cuatro meses posteriores.

Una cuestión de ética y seguridad

Las asociaciones de defensa de los derechos de los homosexuales esperaban con impaciencia esta modificación de la norma. «Los argumentos de la época se han vuelto obsoletos, desde 1997 el contagio del VIH se ha vuelto mayoritariamente heterosexual», explican desde la asociación francesa SOS Homophobie. “El proceso de selección tiene, o tenía, muchos vacíos. No se puede entender que los homosexuales sean descartados desde el principio, incluso siendo seronegativo y sin haber tenido ninguna práctica de riesgo, y que a un heterosexual que sí las haya tenido sólo se le excluya de donar temporalmente”, sostienen. Y concluyen que “en realidad, solo la honestidad de los donantes puede evitar la donación de sangre contaminada, tanto un homosexual como un heterosexual puede mentir en el cuestionario médico”.

Olivier Varan es el autor del documento presentado a la ministra de Sanidad, y está del lado de las asociaciones de homosexuales. El informe sugiere una evolución en los cuestionarios, en lugar de centrarse en la orientación sexual del donante hacerlo en el riesgo individual de cada uno de los donantes potenciales. En resumen, preguntar al donante si realiza prácticas sexuales de riesgo o no. “Mejorar los cuestionarios es reforzar la seguridad del paciente. No porque seas homosexual o hayas tenido una relación sexual con un hombre hace 30 años estás infectado”, comentaba hace unos días Varan en la radio francesa, “la prohibición de la donación puede ser percibida como discriminación ya que no tiene ningún fundamento científico”.

El debate entre la seguridad y la ética de las transfusiones no se plantea solo en el caso de los gays, aunque sin duda es el más polémico. La donación de sangre está sujeta a más restricciones –como la edad, el intervalo entre donaciones, el peso, la salud, etc.- siempre con el objetivo de limitar los riesgos tanto para el donante como para el receptor.

Tampoco Francia es el único país con esta normativa. En Canadá, los homosexuales pueden donar su sangre desde hace menos de un año, con la condición de no haber tenido relaciones sexuales con otros hombres en los cinco últimos años. También en Reino Unido los homosexuales están autorizados a donar, desde 2011, a condición de haber tenido un año de abstinencia sexual como mínimo. El mismo requisito se ha implantado en Estados Unidos, que cambió la normativa el pasado diciembre.

Todavía medio centenar de países no permiten a los homosexuales donar sangre, en Europa sólo Reino Unido, República Checa, Suecia, España, Portugal, Italia, y ahora Francia se han ocupado de reformar la legislación. En España, como en Italia y Portugal, la donación homosexual se permite sin restricciones especiales a causa de la sexualidad.

La ministra de Sanidad francesa, Marisol Touraine, mostró su voluntad de cambiar acabar con la prohibición desde su nombramiento por François Hollande en 2012. Era una de las promesas de campaña electoral del presidente socialista. “No es aceptable que la orientación sexual sea percibida como un criterio de exclusión”, declaraba la ministra, “podemos y debemos revisar esta política. La seguridad debe estar asegurada, no es cuestión de arriesgarse en temas de transfusión, pero el criterio no puede ser la orientación sexual”. Sus dos últimos predecesores también se declararon en su día favorables a la evolución legislativa, antes de retroceder.

La Unión Europea también opina

Alexandre Marcel, presidente del comité IDAHO (International Day Against homophobia and Transphobia) puso en 2009 un recurso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos para protestar contra esta prohibición en nombre de la igualdad entre los ciudadanos. Pero el Tribunal Europeo no condenó a Francia. De hecho, una directiva de Bruselas de 1980 pide respeto a este principio de precaución, razón por la que la mayoría de los países europeos no aceptan donaciones de sangre de hombres homosexuales.

El año pasado, el abogado general del Tribunal Europeo de Justicia, Paolo Mengozzi, comunicó sus conclusiones sobre esta “cuestión delicada” que es la prohibición de los hombres homosexuales y bisexuales a donar sangre en Francia. Se declaró en contra, diciendo que “la homosexualidad no constituye en sí misma un comportamiento que pueda justificar la exclusión permanente de la donación de sangre”.

Finalmente, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea dictaminó en julio que la exclusión permanente de los homosexuales de la donación de sangre vulnera la legislación comunitaria. La decisión fue tomada después de que el Tribunal de Estrasburgo recibiera la denuncia de un ciudadano francés por sentirse discriminado al no poder donar sangre.

Alex Fernández, no fue quien puso la denuncia, pero estudia en París y también se ha sentido discriminado por este tema: “me parece una muestra de homofobia por parte del estado que haya medidas entorno a un prejuicio sobre los comportamientos sexuales de los homosexuales, me alegro de que por fin lo hayan solucionado”.

El Tribunal Europeo también se ha pronunciado al respecto: «El mero hecho de que un hombre mantenga o haya mantenido relaciones sexuales con otro hombre no constituye una conducta sexual, en el sentido de la directiva, que justifique su exclusión permanente de la donación de sangre”. Sin embargo, en la mayoría de países de la Unión Europea el veto de por vida continua vigente para los homosexuales.




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