El deporte español logra mas medallas con la mitad del dinero

La demostración de que los campeones no se fabrican a golpe de talonario es lo que ha ourrido en los últimos años en el deporte español. La crisis económica obligó en 2012 y 2013 a reducir drásticamente el presupuesto destinado a ayudar a las federaciones, y sin embargo eso no ha repercutido en el número de medallas conseguidas por los competidores españoles. Incluso se han incremetado levemente. Al menos así se desprende del informe al que ha tenido acceso ABC, que contabiliza 562 metales el año pasado en campeonatos del Mundo y de Europa de todas las categorías. Dieciocho medallas más que en 2011, último año en que gobernó el PSOE y en el que se gastaron 74,8 millones de euros en ayudas a las federaciones deportivas.

Con el país al borde del rescate, el Gobierno tuvo que recortar en dos años (2012 y 2013) hasta casi la mitad de las ayudas a las federaciones. El reto era conseguir lo mismo con muchísimo menos dinero. Y cuatro años después parece haberse conseguido. Incluso el deporte base, que podría haber sido el primero en resentirse, mantiene el tipo en número de medallas.

Economía de guerra

La primera decisión en este plan de «economía de guerra» fue la de reducir a cero las inversiones en infraestructuras. Se entendió que no hacía falta construir más polideportivos ni más campos de fútbol de hierba artificial que habían crecido como las setas durante los tiempos de la burbuja inmobiliaria. Por el contrario, se mantuvieron las becas a los deportistas y se han reforzado los programas específicos para mujeres, cuyos éxitos han crecido exponencialmente en los últimos años.

Con un pedazo más pequeño de la tarta de los Presupuestos Generales del Estado, las federaciones y los responsables del CSD tuvieron que tirar de imaginacion, de mucha imaginación, para conseguir que entrara dinero externo. Una vía de ingresos ha sido el fomento del turismo deportivo. En 2013, las entradas de turistas internacionales que vienen a España relacionados con actividades deportivas fueron de 9,4 millones de personas, que se gastaron 10.231 millones de euros. Algunas federaciones han sabido aprovechar el tirón turístico. El ejemplo en este aspecto es el de la Federación de Tenis de Mesa y su flamante Mundial de veteranos. Este año se espera la visita a Elche de6.000 participantes que dejarán dinero suficiente para que la Federación sufrague programas de apoyo a sus deportistas e incluso registre superávit.

Otra veta poco explotada era la de los patrocinios, sobre todo en deportes considerados «minoritarios». Con estrellas emergentes comoCarolina Marín, Mireia Belmonte, Ona Carbonell o Javier Fernández se han abierto nuevos mercados, principalmente en el continente asiático, y el CSD ha ayudado a encontrar nuevos mecenas.

Deportistas cartesianos

Pero la clave de bóveda del deporte español son sus clubes. «España cuenta –destacan en el CSD– con un tejido de clubes serios que trabajan sin desmayo en la formación de nuestros chicos y chicas». Y por supuesto, los propios atletas. El secretario de Estado para el Deporte, Miguel Cardenal, considera que «nuestros deportistas de alto nivel son especiales; estudian carreras formidables, como Nico García Hemme (Arquitectura), o la capitana de gimnasia rítmica,Alejandra Quereda (Criminología), y se entrenan ocho horas al día. Son cartesianos, con una organización y planificación de sus vidas que invitan a la reflexión, exprimen su tiempo al cien por cien».

Cardenal también resalta el trabajo de los entrenadores, «que han puesto a los nuestros en un mapa de éxito permanente. España organizó los Juegos del 92 y se trajo un puñado de grandes entrenadores. Hoy, somos nosotros los que exportamos desde España técnicos a todo el mundo».




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