Los nuevos anfibios pertenecen al género Brachycephalus, una clase de ranas caracterizadas por su tamaño reducido y sus colores brillantes. El ser tan llamativas les ayuda a mantener alejados a sus depredadores, indicándoles que su piel contiene fuertes toxinas.
Las ranas Brachycephalus se encuentran únicamente en la cima de algunas montañas de la selva brasileña. El profesor de la Universidad Federal de Paraná en Brasil, Marcio Pie, presumía que el poco acceso a dichos hábitats montañosos podría indicar que allí habitaban especies desconocidas. Así fue como junto a su equipo emprendió la expedición encontrando a estos pequeños anfibios.
Pie explica que estas ranas aparte de su colorido, tiene una textura particular en su piel, que son como cualquier otra especie de rana sólo que su capacidad para saltar es limitada.
“El trabajo de campo suele implicar 2 a 8 horas de traslado por caminos accidentados para llegar a los lugares propuestos, y el mismo tiempo para regresar”, explica Pie. Aunque espera puedan hallar más ejemplares de este tipo de ranas, con este descubrimiento ya ha recopilado con su equipo 22 especies de Brachycephalus .
El peligro para estos diminutos animales es que por estar tan aislados son vulnerables a la extinción, además que su hábitat selvático presenta muchos cambios climáticos y deforestación que podrían limitar su existencia en el planeta. Pie explico que “la preservación de estas áreas es muy importante no sólo por la conservación en sí, sino, en primer lugar, para poder entender cómo es que se generaron tan altos niveles de biodiversidad”.
Pie y su equipo están proponiendo a las agencias de protección ambiental estatal y federal, la creación de reservas en esta región de la selva tropical atlántica.
