Eivissa, cuatro veces Patrimonio de la Humanidad

Eivissa ya ha alcanzado la categoría de paraíso terrenal, y como tal, posee unos atractivos que son conocidos en todo el planeta. Cualquier persona desea pasar unos días en las calas ibicencas, donde solo hay dos preocupaciones: darse el protector solar, y después dedicarse a combinar hedonismo y relax a orillas de ese mar, hasta que llegue el momento del atardecer.

Es obligado maravillarse con los espectaculares ocasos que ofrece la mayor de las Pitiusas. Cada día el cielo se incendia mientras el sol se hunde en el mar, y esa es la señal para otro de los reclamos mundiales de Ibiza: sus noches. En ciertas zonas de la isla se concentran algunas de las mejores discotecas europeas, adonde acuden gentes de todo el globo, entre ellas los dj’s más prestigiosos del momento, que hacen que la noches ibicencas sean míticas.

“Una atmósfera de tolerancia envuelve a la isla”

Todavía quedarían más atractivos por citar, como la atmósfera de tolerancia que envuelve a la isla, o su exquisita gastronomía que plasma la particular mezcla de tradición y modernidad que hay en cada rincón de esta zona de las Baleares. En fin, todo esto es suficiente invitación para pasar unas vacaciones en Ibiza. Pues bien, aún hay más.

A escasa distancia se concentran cuatro elementos que la UNESCO ha incluido en la lista del Patrimonio de la Humanidad. Hablamos del yacimiento fenicio de Sa Caleta, la necrópolis de Puig des Molins, el casco histórico de Dalt Vila y las extensas praderas de Posidonia oceánica que viven en las aguas ibicencas.

Yacimiento de Sa Caleta

Poblado fenicio Sa Caleta
Poblado fenicio Sa Caleta (Fundació de Promoció Turística d’Eivissa)
Este yacimiento arqueológico se encuentra al sur de la isla, en el municipio de Sant Josep de sa Talaia, y conocerlo supone descubrir a los primeros pobladores de Ibiza, los fenicios, que llegaron aquí hacia el siglo VIII-VII a. C. Hay que saber que los fenicios eran originarios del otro extremo del Mediterráneo, de tierras que son el actual Líbano.

Realmente es de admirar que en aquellos tiempos, con los medios disponibles, los hombres se lanzasen al mar para navegar miles de millas y llegar a lugares desconocidos con los que comerciar. Por esa misma razón la UNESCO consideró en 1999 que el poblado de Sa Caleta merecía ser Patrimonio Mundial al ser “un testimonio excepcional de la urbanización y la vida social de las colonias fenicias en el Mediterráneo Occidental”.




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