Traficantes de tesoros, un policía al estilo Indiana Jones y el misterio de un papiro de 2 mil años

Amir Ganor es un policía israelí, pero no del tipo que atrapa ladrones de autos o asaltantes de bancos. Ganor es un Indiana Jones, un detective arqueológico, pero en lugar de un látigo en su costado, porta una pistola en sus pantalones y maneja un jeep a través de los imposibles senderos de cabras.

El golpe del investigador son las antigüedades de Tierra Santa y las cuevas remotas del Desierto de Judea, donde dealersisraelíes, ladrones de tumbas palestinos y guías beduinos conspiran para traficar las mercancías más viejas del mundo, especialmente los botines desenterrados del tiempo de las legiones romanas, los rebeldes judíos o Jesús de Nazareth.

Hoy el blanco de la investigación de Ganor es una caverna localizada en lo alto de las montañas encima del Mar Muerto, una sartén de calor extremo y sequedad, rico en artefactos de la profundidad de la prehistoria de la humanidad.

«¿Por qué venimos aquí? Venimos aquí para impedir que los saqueadores se lleven todo«, indicó Ganor, quien apoyó sus gafas azuladas y lucía relajado en ese aire asado. «Ellos nos trajeron aquí de alguna manera. Destruyen mucho, pero encuentran cosas, también. Inteligentes. Siempre observando. Son muy destructivos, pero a veces ellos saben dónde mirar«.

El trabajo en la Cueva de las Calaveras es difícil. La respiración se dificulta. Pese a ello, las tareas no se detienen (Washington Post)
El trabajo en la Cueva de las Calaveras es difícil. La respiración se dificulta. Pese a ello, las tareas no se detienen (Washington Post)

Después de destruir un equipo de ladrones de tumbas armados con palas y detectores de metales de excavación en este mismo lugar hace dos años, Ganor y un grupo de arqueólogos de laUniversidad Hebrea de Jerusalén lanzaron una «excavación de emergencia» el último mes para tamizar el polvo y el guano de murciélago antes de que los traficantes se quedaran con todo.

La excavación de tres semanas, completada ahora, fue la más grande, más compleja y más costosa en el desierto israelí de los últimos 60 años. Los arqueólogos llaman al lugar la Cueva de las Calaveras, por los siete cráneos encontrados enterrados en 1953.

La cueva ha mantenido artefactos desde la Era Paleolítica a laEdad del Bronce. La caverna también ha servido de reducto para rebeldes de la Rebelión de Bar Kojba contra los romanos entre los años 132 y 136.

De ser así, se trataba de una desesperante resistencia -creen los arqueólogos-, cuya cueva sería como un refugio temporal para mujeres y niños, como así también para los combatientes.

La Rebelión Bar Kojba fue un último grito, liderado por una figura mesiánica que se declaró así como príncipe de un estado judío. Los romanos destruyeron a los rebeldes: miles de judíos fueron masacrados. Luego de que la rebelión fuera abatida, elEmperador Adriano expulsó a los judíos de Jerusalén, y el nombre del territorio se llamó Siria Palestina.

La caverna no sólo tenía trozos de huesos, arcilla y madera, como encontró el equipo, sino también el mayor tesoro de todos: rollos de papel del Mar Muerto, fragmentos de palabras escritas en piezas de papiros o pergaminos de piel, preservadas por 2.000 años en el seco aire del desierto.

La más famosa colección de rollos fue encontrada en el norte de laCueva de las Calaveras en 11 cuevas cerca de Qumran. Los textos del Mar Muerto son de un tremendo interés histórico y religioso, como los manuscritos antiguos que iluminaron las versiones tempranas de la Biblia Hebrea y los rezos y prácticas religiosas de la época.

Es posible que la Cueva de las Calaveras tenga papiros con texto impreso, pero si así fuera, es probable que sea un trozo o dos, nada en comparación con el tesoro encontrado en Qumran, un material masivo tan rico que tiene su propio pabellón en el Museo Israelí en Jerusalén, llamado el Santuario del Libro.

En las cuevas del Desierto de Judea, al borde del Mar Muerto se encuentan objetos de más de 2.000 años. Desde allí se encabezó la Rebelión de Bar Kojba en el año 132 contra los romanos. El emperador Adriano los aniquilaría y expulsaría de Jerusalén (Washington Post)
En las cuevas del Desierto de Judea, al borde del Mar Muerto se encuentan objetos de más de 2.000 años. Desde allí se encabezó la Rebelión de Bar Kojba en el año 132 contra los romanos. El emperador Adriano los aniquilaría y expulsaría de Jerusalén (Washington Post)

Todavía, cientos de jóvenes voluntarios pasan por la excavación, durmiendo por las noches en un duro campamento en el cañón, mientras que durante el día se aventura 260 pies acantilado abajo para adentrarse en el lugar de trabajo. Excavan cubos de tierra cernida y el suelo, trabajando en una niebla de polvo de color marrón, con los rostros ennegrecidos por el sudor y la suciedad. Trabajan codo a codo con los arqueólogos.

Encontraron una gran cantidad de excremento de aves y murciélagos. Pero también descubrieron huesos de animales y humanos, punzones, pedernal, puntas de flechas, un peine de piojos y lo más intrigante: un fragmento de papiro que coincidiría con una pieza confiscada por la policía de antigüedades en 2009 que saqueadores de Hebrón dijeron que encontraron en laCueva de las Calaveras.

«Siempre deseamos poder encontrar algo con alguna escritura.  Ése es nuestro gran anhelo, pero estamos felices con lo que hallamos hasta ahora«, dijo Micka Ullman, una arqueóloga de la Universidad Hebrea, quien está sentada cubierta de un fino polvo en la entrada de la cueva.

La Cueva de las Calaveras fue excavada por profesionales en 1953 y 1960. Luego fue el turno de los saqueadores. En 2009, cuando un fragmento de un viejo papiro con alguna escritura hebrea fue puesto a la venta por un cauteloso intermediario en Jerusalén, Ganor y su equipo le tendieron una trampa para recuperar el rollo.

Un agente encubierto pasó por un comprador estadounidense, con un supuesto maletín con dos millones de dólares en efectivo. Conoció al vendedor en la recepción de un lujoso hotel. Los policías irrumpieron. Recuperaron una página en papel de caña, preservada con el calor del desierto.

El rollo es ahora estudiado en el Museo de Israel; resultó ser el fragmento de una carta, con nombres de lugares y una pista intrigante.

La carta fue fechada «cuatro años después de la destrucción de Israel«.

Acceder a la Cueva de las Calaveras es difícil. Como al resto de las 33 cavernas que ocultan tesoros arqueológicos incalculables. (Washington Post)
Acceder a la Cueva de las Calaveras es difícil. Como al resto de las 33 cavernas que ocultan tesoros arqueológicos incalculables. (Washington Post)

Luego de que la policía de antigüedades interrogara a los traficantes, Ganor y sus investigadores aprendieron que los saqueadores estaban excavando en un sitio que los arqueólogos llamaban Cueva 32, más conocida como Cueva de las Calaveras.

Tras la aparición de más rollos en el mercado negro siete años atrás y el arresto de una banda de saqueadores de tumbas con palas, picos y detectores de metales en la Cueva de las Calaveras en 2014, las autoridades decidieron cavar en el lugar o perder el material para siempre.

«Los ladrones tomaron todas las cosas grandes que sabían que eran valiosas, pero estamos buscando y encontrando cosas interesantes, también«, manifestó Uri Davidovich, un investigador de la Universidad de Tel Aviv y de la Universidad Hebrea, que lidera el trabajo. «Hemos encontrado peines de madera, trozos de sandalias de cuero, malacates para costura. Pequeñas cosas que no deben valer en el mercado negro, pero que nos ayudan a entender qué pasó aquí y quién estuvo aquí«, añadió.

Davidovich indicó: «Aquí no había sólo rebeldes luchando. Creemos que había familias con mujeres y niños, incluso gente anciana, que estaban aquí escondidos de los romanos. Estamos encontrando utensilios de la vida diaria, no sólo cosas que eran usadas para el combate. Hay cosas que los ayudaban a permanecer aquí hasta el fin de la rebelión«.

El arqueólogo dijo que no estaba desilusionado con la excavación. «A pesar de que no hay nada mayormente especial, en todo lo que encontramos podemos sentir a la persona detrás de ello, la persona que lo usó«, agregó.

«Una cosa especial que hallamos fueron cepillos para el cabello. Encontramos cuatro, no completos, pero podemos sentir a la persona detrás de ellos«, dijo Davidovich.

El fragmento del papiro que encontraron durante esta excavación será analizado y comparado con el que Ganor y su equipo de policías recuperaron en 2009. Si son el mismo material, los arqueólogos podrían empezar a buscar en las otras cavernas a lo largo del lecho del Mar Muerto.

Hay 34 cuevas más. Cada una de ellas con evidencia de presencia humana.

La mayoría fue apenas tocada, excepto por los saqueadores.

F. Infobae.




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